MADRID 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) están llevando a cabo una investigación sobre el impacto en la salud que tienen los contaminante atmosféricos, todo ello aplicando un modelo que combina los abordajes epidemiológico y toxicológico, conocido como Vías de Impacto en Salud (Health Impact Pathways o HIP, por sus siglas en inglés).
Este método de trabajo, que permite una mejor comprensión de las interacciones químico-biológicas y sus consecuencias en la salud, emplea conceptos como el de adversidad, un indicador que integra la probabilidad de desarrollar efectos adversos atribuibles a la exposición a contaminantes ambientales, y su potencial gravedad para las personas.
El estudio se ha centrado en el dióxido de nitrógeno (NO2), un contaminante gaseoso urbano, vinculado principalmente a las emisiones de tráfico rodado y que, a pesar de que los valores límites para la protección de la salud están regulados, su monitorización es "prioritaria" por su capacidad de causar efectos adversos como irritación respiratoria, disminución de la función pulmonar o el incremento de las infecciones respiratorias.
A pesar de que la implementación progresiva de diferentes medidas para el control y reducción de la circulación de vehículos en áreas urbanas han logrado disminuir los niveles de NO2, en muchos casos aún se siguen superando los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS); este modelo HIP servirá para estimar el riesgo asociado a la exposición de este contaminante gaseoso en la ciudad de Madrid, para lo que se analizarán datos de concentración diaria y horaria disponibles en el portal de datos abiertos de calidad del aire del Ayuntamiento de Madrid durante el periodo comprendido entre enero de 2001 y diciembre de 2022.
La probabilidad de efectos adversos se ha comparado con los niveles de riesgo relativo estimados con las directrices de la OMS de 2021, que usan ecuaciones lineales para calcular el riesgo de mortalidad respiratoria y general, resultando en relaciones no lineales para todos los indicadores, tanto a corto como a largo plazo, por lo que los autores han concluido que es necesario realizar evaluaciones de riesgo "independientes" para cada grupo de población, ajustándose "más" a la realidad.
Además, han destacado que el enfoque propuesto representa un "avance prometedor" como herramienta en los procesos de toma de decisiones para el establecimiento de nuevas medidas o acciones políticas orientadas a la protección de la salud; del mismo modo, ha derivado en la publicación de un artículo en la revista 'Chemosphere', que explica la aplicación del citado modelo.
La investigación ha sido liderada desde el Centro Nacional de Sanidad Ambiental (CNSA-ISCIII), desde un equipo multidisciplinar de la Unidad de Evaluación de Riesgos (UER) y el Área de Contaminación Atmosférica (ACA), y se lleva a cabo en colaboración con otros dos centros del ISCIII, el Centro Nacional de Epidemiologia (CNE-ISCIII) y el Centro Nacional de Microbiología (CNM-ISCIII), junto con la Red de Calidad del Aire del Ayuntamiento de Madrid.