MADRID, 14 Dic. (Notimérica) -
En estas fechas tan señaladas los polvorones, los dulces y la comida en exceso son una auténtica tentación, sin embargo, es posible no engordar en la época Navideña si se tienen en cuenta hábitos saludables como los que se incluyen aquí.
HACER EJERCICIO.
Dada la cantidad de comidas que se tienen en esta época del año, se ingieren más calorías de las que creemos, por lo que es recomendable aumentar en cierta medida el ejercicio (y no, no es suficiente sacar de la alacena ni la cubertería de plata ni la vajilla cara de porcelana).
Las opciones son tan variadas como salir a correr, pasear en bici o hacer natación. Si además frecuentas algún gimnasio, no desaproveches las clases de zumba o de rpm (revoluciones por minuto), aunque también son bienvenidos el aerobic, los abdominales y el entrenamiento de la musculación en la sala de máquinas. Y recuerda, si vas de compras que sea andando, lo notarás.
SANEAR LOS MENÚS.
El complemento ideal a ese ejercicio es una base alimenticia sana y fresca, en la que el pescado, la verdura y la fruta son pilares fundamentales.
Intenta medir lo que comas con un plato medio de postre y separar los hidratos de carbono de las calorías, ya que los canapés no combinan bien con el asado con patatas. Evita el pan tostado de tus entrantes y apúntate a las brochetas de piña con queso, de verdura fresca con tomates cherry o incluso de jamón con melón.
Las cremas de verduras y las ensaladas pueden ser un primer plato de tu menú navideño, que pueden incluir espárragos, puerros, calabacín o setas en el primer caso y rúcula, remolacha y mozzarela en el segundo.
Deja que las proteínas sean el plato principal, en el que hay cabida para la carne, el pescado o el marisco variado. Si cocinas cualquiera de estos tres platos al horno, tu silueta lo agradecerá, especialmente si las guarniciones estrella sustituyen las patatas y el bacon por verdura fresca.
EL POSTRE.
Las infusiones serán un gran aliado en este momento de la comida, pero si eres más dulce puedes optar por un sorbete ligero como el de limón o el de mandarina, ya que la fruta es digestiva y saludable.
Si eres una persona golosa que disfruta realmente de la Navidad cuando se abre en casa el primer turrón o salen las bandejas de buñuelos con chocolate caliente, intenta relajarte y utilizar un plato de postre para saborear la rosca de reyes. Cuanto más reduzcas la ingesta de dulces menos notarás la Navidad en la talla del pantalón.
Otra opción es apartar los dulces de tu vista, al no tenerlos siempre cerca no tendrás la gula de comerlos con cierta frecuencia a lo largo del día. Si no eres un desconocido de los cortapastas y la melaza, prueba a hacer tú mismo la repostería navideña, pues resultará más sana si utilizas azúcar moreno y añades menos grasas animales.
LAS COPAS.
El alcohol es azúcar puro sin nutrientes, así que si ya sabes que una copa equivale a seis yogures sin azúcar haz las cuentas y trata de controlar tus brindis.
Una copa de vino blanco o una cerveza sin alcohol acompañan de lujo el codillo que vayas a tomar, dosifica dicha cantidad y no tendrás que aflojarte el cinturón.
Quizá el agua sea muy triste para comenzar, pero puedes alternarla con el alcohol para beber menos y saciarte más. Evita los refrescos, ya que también tienen endulzantes artificiales poco recomendables.
COMPENSA LOS EXCESOS.
Si la comida ha sido copiosa puedes combinarla con una cena más austera a base de fruta, té o una infusión.
No olvides comer despacio que, además de ser un hábito saludable, ayuda a comer menos. Evita llevarte sobras de la comida a casa y renuncia al reparto de tuppers de tu suegra.
La práctica y folclore de algunas regiones del mundo de hacer hambre durante el día para comer el máximo en la cena queda, sin duda, descartada, no es una costumbre sana y puedes perder el control calórico y ganar un empacho nada saludable.
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