MADRID, 7 Jun. (TRENDSmérica) -
Durante la época de vacaciones, solemos estar expuestos a toda clase de agentes perjudiciales como el sol, el agua del mar, cloro de las piscinas y humedad, por lo que es necesario proteger la piel para no tener que arrepentirnos más tarde.
La crema solar es un elemento imprescindible durante todo el año, puesto que aunque creamos que tan solo es en verano cuando nuestra piel está expuesta al sol, no es cierto. Aun así, en verano es necesario utilizarla de una forma más continua y para ello hay que elegir una crema solar adecuada.
A la hora de elegir dicho producto, hay que tener en cuenta en primer lugar el tipo de piel que tenemos y para la actividad que vamos a realizar, por ejemplo, si es para hacer deporte debemos tener en cuenta que sea resistente al sudo. En cambio, si la queremos para tomar el sol en la playa, ha que tener en cuenta que sea resistente al agua.
El segundo aspecto a tener en cuenta es la protección contra los rayos UVA y UVB. Los ayos UVA producen envejecimiento en nuestra piel, así como arrugas, pigmentación y cáncer de piel. Sin embargo, los rayos UVB son los encargados de producir las quemaduras solares. considerando estas dos cosas, un buen protector solar debe de tener un mínimo de 30 de factor de protección solar (FPS) y una capacidad de producir pigmentación duradera (PPD o PA) mínimo de 8, o con dos símbolos ++.
Cuando ya tenemos el protector sola, en el momento de aplicar lo ideal es esparcirlo por toda el cuerpo y la cara. Si se está expuesto de una forma directa al sol --en la piscina o en la playa por ejemplo--, se recomienda aplicar la crema cada dos horas.
Sin embargo, las partes del cuerpo que más se debe proteger son la cara, especialmente la nariz y las mejillas --es recomendable buscar un protector solar especial para la cara--. Asimismo, en el cuerpo hay que proteger especialmente hombros, espalda y escote, sin olvidar nunca la nuca, los antebrazos y los empeines.
Por último, para cuidar nuestra piel en verano además de con un protector solar es importante evitar la exposición directa al sol entre las diez de la mañana y las tres de la tarde, pues es cuando el sol está en su punto más fuertes.
El uso de sombreros, gafas y ropa que ayude a cubrir la piel es otra de las maneras sencillas de protegerla, así como buscar la sombra siempre y cuando sea posible.