El corto-documental 'Exiliada' llega en plena era del #MeToo y en medio de una de las mayores crisis económicas, sociales y políticas de Nicaragua
MANAGUA, 22 Mar. (Notimérica) -
Zoilamérica Narváez, hija de la vicepresidenta nicaragüense Rosario Murilllo, cuenta su historia y las acusaciones de abuso sexual contra el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, las cuales le obligaron a abandonar el país centroamericano y romper todos sus lazos familiares con su madre, en el documental 'Exiliada'. El estreno tendrá lugar a finales del mes de abril en el Festival Hot Docs de Toronto (Canadá).
La pieza, de la cineasta Leonor Zúniga, ahonda en la vida de la hijastra de Daniel Ortega y en la denuncia que esta interpuso contra él en el año 1998 asegurando que el actual presidente de Nicaragua había abusado de ella cuando tenía tan solo nueve años, una situación que llevó no solo al revuelo social, político y sobre todo mediático en todo el país, sino que también acabó por separar a una hija de su madre. "Su historia es uno de los temas más sensibles para el Gobierno de Nicaragua", destaca la directora a 'Infobae'.
"Para la mayoría de los medios de comunicación de Nicaragua la historia de Zoilamérica es el mayor escándalo político de la historia contemporánea del país", dice Zúniga, quien destaca en especial que el documental es "la historia de cientos de mujeres que deciden levantar su voz y denunciar a los abusadores sexuales, y en respuesta, son castigadas, censuradas y/o ignoradas por sus familias, su iglesia o su partido".
En plena era del #MeToo, la historia de Zoilamérica continúa levantando ampollas en toda la región, y en especial en la revuelta Nicaragua. La falta de credibilidad por parte de Rosario Murillo y gran parte de la sociedad próxima al sandinismo, así como el polémico juicio mediático al que fue sometida por la denuncia, son sin embargo temas que quedan en un segundo plano en el documental.
El objetivo del corto es mostrar cómo se aborda una situación como el abuso sexual en el ámbito familiar y social, poniendo como base un caso de gran relevancia y repercusión, en especial por su resolución. "Decidí alejarme del abordaje tradicional de su historia y enfocarme en el impacto que tuvo el abuso sexual en la relación con su familia, su padre, su madre y su hijo. Un espejo en donde espero que muchas familias encuentren un punto de reflexión", agrega Zúñiga al citado medio digital.
Desde el momento del juicio, Zoilamérica se ha visto obligada a vivir en "un exilio impuesto [en Costa Rica] como castigo por atreverse a buscar justicia, confrontar a su abusador, a su familia y el partido sandinista", destaca la directora. Sobre esto, la protagonista del corto narra cómo tuvo que "explicarle a mi hijo que a mí me pasaron cosas muy feas con mi padrastro y mi mamá no me creyó", y añade que "quiero que mi herencia sea el reconocimiento de que se puede realmente volver a empezar. Que sepan que jamás ni negocié mi verdad, ni me dejé vencer por ella, ni me quedé en el dolor".
Junto a estas declaraciones vienen muchas otras, ya que la pieza combina entrevistas recientes con imágenes de archivo sobre el momento de la denuncia y el posterior repudio hacia su hija de Murillo. La pieza documental, de 24 minutos, ha sido grabado y editado en el más estricto secreto, pues la situación que actualmente atraviesa el país a nivel político y social podría suponer un problema. De hecho, algunos de los participantes de la película no aparecen en los créditos de la misma por miedo a lo que pueda pasar.
"Fue un film muy difícil de hacer, porque el tema es muy doloroso y se hizo también en condiciones muy difíciles. Yo tengo casi tres años trabajando este film y lo hice en total y absoluto secreto. Solo lo sabíamos las personas que estábamos participando en las película y un grupo muy pequeño de personas en Nicaragua. Fue un reto en términos de producción y en términos de cómo abordar una historia tan sensible", indica Zúniga a 'La Prensa'.
CASO ZOILAMÉRICA
Zoilamérica Narváez denunció públicamente en 1998 que había sufrido abusos sexuales durante 20 años por parte del líder revolucionario sandinista Daniel Ortega, entonces jefe de una de las facciones del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) --grupo guerrillero que luchaba contra el dictador Anastasio Somoza-- y pareja de su madre, Rosario Murillo.
Emprendido el proceso judicial contra Daniel Ortega, Zoilamérica Narváez se vio sola y abandonada por su madre, quien llegó hasta a pedir perdón al pueblo de Nicaragua por tener una hija que desafiaba los valores del FSLN y llevaba a cabo un "complot político" contra el gobierno sandinista.
Daniel Ortega acudió a los tribunales para declarar sobre el caso cuatro años después de que se realizara la denuncia. Los dos día siguientes se desarrolló el juicio, en el que Zoilamérica no pudo estar presente ni tampoco declarar, y el caso fue sentenciado como prescrito debido a la inmunidad parlamentaria de la que gozaba ya por entonces Ortega. "La prescripción no significa inocencia", indicaba a la 'BBC' Zoilamérica hace tan solo unas semanas.
El caso fue llevado por Zoilamérica ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) con el objetivo de que se cursara una denuncia contra Nicaragua ante la Corte Interaméricana de Derechos Humanos (CIDH) por negación de justicia. Si bien en 2001 Ortega renunció a su inmunidad, el ahora presidente alegó que los crímenes de los que se le acusaban ya habían prescrito, recibiendo el fallo favorable de una juez nicaragüense.
En el año 2013, la hija de la vicepresidenta tuvo que salir de Nicaragua como consecuencia de la persecución que vivía por parte del Gobierno sandinista, exiliándose en Costa Rica junto a su pareja, el boliviano Carlos Ariñez Castel, quien también fue expulsado del país centroamericano por presuntamente violación de las leyes migratorias nicaragüenses.