MADRID, 1 Dic. (Notimérica) -
Como cada 1 de diciembre, este lunes se celebra el Día Mundial de la Lucha Contra el Sida. La falta de información sobre esta enfermedad continúa siendo una realidad llena de interrogantes sin respuesta para millones de personas que no solo no pueden acceder a la medicación, sino que no tienen las fuentes de información que les ayudarían a prevenir el contagio.
Una triste realidad; porque pese a ser cierto que en los últimos años los avances son notorios, la Comunidad Internacional debe hacer más por erradicar, o al menos controlar, una epidemia que mata cada año a más de un millón y medio de personas; la mayoría de ellas en el África subsahariana, donde mueren al año más de cien niños por cada mil nacidos, según un informe de la Organización Mundial de la Salud de 2013.
Además, el Caribe es la zona del mundo donde se producen más contagios. En países como Haití es la causa principal de muerte para la población entre 15 y 44 años y en República Dominicana se considera que se ha reducido en 3 años la esperanza de vida debido al VIH.
El sexto de los objetivos que estableció Naciones Unidas en el año 2000, en el marco de los Objetivos del Milenio, apunta al combate del VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades. Además, el segundo capítulo de esta meta hace referencia a "lograr, para 2010, el acceso universal al tratamiento del VIH/SIDA de todas las personas que lo necesiten". Hoy, catorce años después, es evidente que este objetivo no se ha logrado y la ONU se ve obligada a dedicarle un nuevo espacio dentro de su 'Agenda de desarrollo post-2015', asumiendo el fracaso de un propósito que quizá era muy ambicioso, pero por el que seguramente se podría haber hecho más.
"No podremos terminar con la epidemia del Sida sin dar prioridad a las comunidades, impulsando a la Comunidad Internacional para que establezca una agenda de desarrollo post-2015 que respete los derechos de todos y garantice el acceso justo a los servicios, sobre todo a las personas más marginadas de la sociedad", afirmó el director ejecutivo adjunto de ONUSIDA, Luiz Loures.
Y es que no sería novedoso afirmar que esta enfermedad afecta a los sectores más desfavorecidos de la población. Sectores que, al lastre de haber contraído una enfermedad que de haber nacido en el mundo occidental seguramente podría tratarse y permitiría al enfermo vivir una vida digna, deben sumar la marginación a la que se enfrentan, de nuevo por culpa de la desinformación de quienes rodean al paciente.
Por todo lo anterior, resulta fundamental que los expertos de la ONU, que están en plena elaboración de los nuevos Objetivos, elaboren planes que insten e involucren a los Gobiernos -y a sus responsables de salud- en la garantía del acceso a la información para todos sus ciudadanos.
Durante las últimas semanas han vuelto a saltar las alarmas sobre la posibilidad de haber encontrado una vacuna contra el Sida, pero los esfuerzos en torno a la prevención del virus, según afirman muchos expertos, parecen haberse minimizado. Eso es precisamente lo que hace sentir que nos encontramos en un punto de sentimientos contrapuestos en torno a esta enfermedad que a día de hoy padecen más de 35 millones de personas, según estima la OMS. Sus últimos informes dictan que de estos 35 millones, más de 16 no tienen acceso al tratamiento. Eso supone casi un 46% del total.
Consulta el informe aquí: http://www.unaids.org/sites/default/files/media_asset/UNAIDS_Global_Report_2013_es_1.pdf