MADRID, 29 Abr. (Notimérica) -
La pasada semana falleció Jacqueline Saburido, la ciudadana venezolana que se convirtió en un símbolo y en una relevante activista de las campañas contra los accidentes de tráfico provocados por la conducción de personas en estado de embriaguez.
La noticia ha sido confirmada por la Comisión de Bebidas Alcohólicas de Texas, con la cual Saburido trabajó durante años en la lucha contra el consumo de alcohol entre conductores. "Era maravillosa, tenía un gran sentido del humor, una mujer increíble", indicaba el director de la División de Seguridad del Tráfico de Texas, Terry Pence, a 'BBC Mundo'.
Hija única y residente en Caracas, Saburido se fue a vivir con su padre después de que este se divorciara de su madre. Con 20 años, estudiaba para convertirse en ingeniería industrial y su objetivo era poder ayudar a su padre a dirigir su fábrica de aire acondicionado cuando terminara la carrera.
Era una joven a la que le gustaba salir con sus amigas, bailar e ir a la playa, y que quería aprender a hablar inglés. Por eso, en el año 1999 Saburido se fue a pasar sus vacaciones de verano a Estados Unidos. Estando en el país norteamericano, y después de hacer algunas amistades, una noche Saburido acudió a una fiesta acompañada de varias amigas.
Juntas, sobre las cuatro de la mañana, decidieron volver a casa en el coche de una de ellas. Natalia Bennett era la conductora, mientras que Saburido estaba en el asiento de copiloto y otras dos amigas se sentaron en el asiento de detrás, relata el citado medio.
Esa misma noche, Reggie Stephey, de 18 años, también volvía a casa. Sin embargo, el joven esa noche había bebido, algo que no le impidió coger el coche. Poco antes de llegar a su residencia, Stephey cruzó la franja que separaba las dos vías de la carretera, chocando de frente con el automóvil en el que viajaba Saburido y sus amigas.
Como consecuencia, Bennett y otra de las pasajeras murieron en el acto, y Saburido sufrió quemaduras de tercer grado en más del 60 por ciento de su cuerpo a causa del incendio que se provocó en el coche tras el accidente. A causa de las lesiones, la venezolana quedó ciega y sin orejas, nariz, párpados y sin el uso de sus manos, así como un historial médico con más de 120 intervenciones quirúrjicas.
Reggie fue declarado culpable de dos cargos de homicidio por intoxicación y condenado a siete años de cárcel, de donde salió en 2008.
"Después de su horrible accidente, como parte de las cosas que empezó para su proceso de recuperación, dijo que quería hablar en contra del consumo de alcohol al conducir. No quería que le pasara lo mismo a nadie más", explicó a 'BBC Mundo' Terry Pence, quien trabajó personalmente con Saburido.
"Ella quería ser capaz de contarles a otros los horrores que ella experimentó. Por eso estaba constantemente recordándoles a los demás que no condujeran si bebían", recuerda. Uno de los métodos para ello fue la grabación de un anuncio de televisión en el año 2002. Durante los 30 segundos en los que aparece en pantalla, su rostro y el impacto de su historia la hizo conocida a nivel mundial.
"Fue una respuesta enorme al mensaje de Jacqui. Ella recibió miles y miles de cartas de gente de todo el mundo agradeciéndole por sus esfuerzos y su valentía al hablar en contra del conducir en estado de ebriedad", recuerda Pence al citado medio.
Carteles, conferencias, entrevistas de televisión... La joven venezolana no cesó en su empeño de luchar contra los accidentes de tráfico provocados por personas bebidas. "Aunque tenga que estar frente a una cámara sin orejas, sin nariz, sin cejas y sin pelo, lo haría mil veces con tal de ayudar a que una sola persona tome la decisión correcta", dijo en una entrevista, recoge el citado medio.
Según 'BBC Mundo', Jacqueline Saburido se trasladó a Guatemala, donde falleció el 20 de abril de 2019 a consecuencia de un cáncer, como escribió uno de sus primos, José Saburido, en el portal 'Statesman'. Sus restos han sido enterrados en Venezuela junto a los de su madre, también fallecida como consecuencia de un cáncer en 2006.