CIUDAD DE MÉXICO, 14 Dic. (Notimérica) -
En ninguna Navidad mexicana que se precie puede faltar el momento de la piñata, una tradición centenaria que representa la lucha entre el bien y el mal. No vale cualquier diseño, debe tener forma de estrella con siete picos, cada uno de los cuales simboliza un pecado capital.
En su interior suele haber dulces, frutas y otros premios, pero para conseguirlos hay que golpear la piñata con un palo que representa la fuerza para luchar contra las tentaciones. La dificultad aumenta, ya que se ha de hacer con los ojos tapados con un pañuelo para representar la fe ciega.
Hecha de barro o cartón, para que se destruya con más facilidad, todos los picos y las guirnaldas que la acompañan están decorada con colores vivos que representan las tentaciones.
Antes de golpear la piñata se han de dar varias vueltas para perder el sentido de la orientación mientras los otros cantan: "¡Dale, dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino. Ya le diste una, ya le diste dos, ya le diste tres, y tu tiempo se acabó. Una, dos, tres!".
Una vez se rompe la piñata, todos disfrutan de los deliciosos dulces típicos mexicanos: tamales, buñuelos, churros, ponche y chocolate caliente.