MÉXICO, 22 Dic. (Notimérica) -
Hay sitios que parecen sacados de un cuento de hadas, que viven rodeados de magia y hacen creer al visitante que se ha parado el tiempo. Tlalpujahua, en Michoacán, México, es uno de ellos. Ahí es siempre Navidad.
Tlalpujahua, ciudad de nacimiento de Ignacio López Rayón, y muy cercano a la capital (poco más de dos horas), tiene un estilo único. Designado Pueblo Mágico el 27 de junio de 2005 por su acogedor aspecto, que durante más de tres siglos fue un lugar de bonanza minera con vetas de oro y plata. Hace 50 años tuvieron que cambiar su modelo de producción y ahora viven gracias a a la producción de esferas navideñas, la principal fuente de empleo.
En Tlalpujahua existen 200 talleres familiares que se dedican directa o indirectamente a la fabricación de esferas navideñas. Gracias a su calidad, son reconocidas y valoradas en el extranjero. Las cifras lo avalan: cerca del 90 por ciento de su producción se exporta a Estados Unidos y Canadá, siendo una de las cinco producciones más importantes a nivel mundial, según recoge Notimex.
La elaboración de las esferas es un proceso completamente artesanal. La profesión pasa de generación a generación y el gremio de artesanos se muestra muy orgulloso de sus creaciones y, sobre todo, de que sean símbolo de la alegría de la Navidad.
¿CÓMO CREAN LAS ESFERAS NAVIDEÑAS?
El primer paso es el soplado del vidrio. Con un material de calidad, el artesano calienta el vidrio hasta que se queda blando y flexible como un chicle. Entonces, y gracias a un tubo de cristal y unos buenos pulmones, los artesanos soplan a través del tubo para conseguir crear la forma deseada.
Cada uno de los sopladores trabaja unas siete horas al día y consigue crear unas 500 esferas diarias.
El segundo paso es el plateado. Tras ser moldeado el vidrio, la esfera se mete en un cazo muy caliente con una mezcla de amoniaco, azúcar, sosa y nitrato de plata. Esta sustancia consigue platear las esferas navideñas.
El tercer paso es el más creativo en el taller de decorado. Para ello se requiere mucha experiencia, paciencia y talento. Cada artesano es capaz de pintar una esfera en unos 10-15 minutos, depende del modelo, por lo hará unas 3.000 a 5.000 esferas en la época navideña. Al día se decoran unas 600 esferas en cada taller.
Los colores que más gustan en México son el azul, el verde, el rojo y el amarillo. En cambio, los más usados para comercializar en Estados Unidos con el negro, café y gris.
Por último, se les cortará la pata a la esfera, se le pondrá el encasquillado y se meterán en cajas para poder comercializarlo. Y ya están listos para decorar miles de hogares en estas fechas tan importantes.
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