LIMA, 9 Feb. (Notimérica) -
Lima guarda entre sus historias contemporáneas un relato de terror. Durante el mes de diciembre de 1985 y enero de 1986, varios cadáveres desmembrados fueron descubiertos en descampados, escondidos en bolsas negras.
Fuentes policiales elevaron el número de cadáveres encontrados en estas circunstancias hasta 20. Luego de muchas investigaciones, se descubrió al sospechoso, Ángel Díaz Balbín, al que la prensa bautizó como el 'descuartizador de Lima'.
Anteriormente, Díaz Balbín había sido procesado por el asesinato de su tía y dos menores de edad en 1976 y además era investigado por el asesinato de Nina Barzotti, crímenes por los que estuvo encarcelado durante nueve años en el penal de Lurigacho.
En 1985 tuvo acceso a 'libertad vigilada' debido a su buena conducta. Sin embargo los días que Díaz Balbín salía del centro penitenciario coincidían con las fechas del hallazgo de víctimas del 'descuartizador'. La policía lo capturó como terrorista y solicitó los servicios del psicólogo Mario Poggi para interrogarlo.
El doctor empleó diversas técnicas para ahondar en el pensamiento del asesino. Le incitó a la violencia arrebatándole la comida o provocándole con imágenes de los cuerpos descuartizados. Sin embargo, Díaz Balbín se mantenía callado, contestaba asertivamente y no reaccionaba ante las provocaciones de Poggi.
Luego de cuatro días de interrogatorio, un desesperado Mario Poggi acudió a la revista 'Caretas' y vendió la exclusiva sobre el 'descuartizador de Lima', fotografías y grabaciones sobre sus intervenciones con Díaz Balbín. El 'médico' aseguraba que podía confirmar que su paciente era, en efecto, el descuartizador.
Sin conseguir éxito con sus métodos poco convencionales Mario Poggi imploró a Díaz Balbín que le confesara sus crímenes, pero tras no obtener respuesta alguna, tomó la decisión de asesinarlo en el cuarto de interrogatorios del local de homicidios de la Policía de Lima.
AHORCAMIENTO
El 9 de febrero de 1986 Díaz Balbín fue llevado a sus intervenciones rutinarias con sus manos esposadas a la espalda. Poggi tomó su cinturón y lo ahorcó tirándolo al suelo y colocando su pie en la cabeza del imputado. Salió del salón de interrogatorios gritando 'Salvé a la humanidad, acabé con el monstruo'. En efecto, no se registraron más asesinatos luego de la muerte de Ángel Díaz Balbín.
La policía detuvo al psicólogo, que fue condenado a 7 años de prisión y de los que cumplió solamente cinco. Posteriormente, se convirtió en un personaje de la farándula de Lima, se tiñó el cabello de color verde y se autodenominó 'loco'.
Durante sus últimos años de vida publicó tres libros y se postuló a la presidencia de Perú. Luego de su declive en los medios de Perú, deambulaba por el parque Kennedy de la ciudad de Miraflores vendiendo sus libros o realizando pruebas psicológicas a los transeúntes.
El psicólogo asesino falleció el 26 de febrero de 2016 a los 73 años de edad debido a un fallo cardiaco.