SAN SALVADOR, 15 Nov. (Reuters/Notimérica) -
El Salvador, considerado hasta hace poco como uno de los países más violentos del mundo, está dando los primeros pasos para acabar con la lacra del femicidio a través de campañas de concienciación o un termómetro que mide el nivel de violencia doméstica, en un país donde la mujer es vista sólo como una ama de casa y el sistema de Justicia suele fallar en castigar a los agresores.
Una estrategia para prevenir el femicidio, que están implantando en El Salvador, es ayudar a que las mujeres identifiquen los primeros síntomas antes de que llegue a suceder un homicidio. Las campañas nacionales muestran en un termómetro, grado a grado, como se incrementa la violencia contra las mujeres.
El termómetro comienza en grado 1, con bromas dañinas, pasando por 17, que incluye golpes, hasta llegar a 30, que ya es femicidio. "Yo alcancé el número 24 en el termómetro, el que implica amenazas de muerte. No me daba cuenta de lo cerca que estuve de la muerte", ha explicado Flor Cornet, de 40 años, que durante diez años sufrió la violencia de su marido.
El caso de Cornet no está aislado, sino que es habitual. El año pasado cerca de 4.000 mujeres del Salvador acabaron en hospitales por abusos que cometieron sus maridos en el hogar. Sin embargo, la mayoría de violencia contra la mujer no se denuncia por el miedo de las propias mujeres.
"Sabía que mi vida estaba en peligro cuando durante uno de sus ataques de ira me puso un machete en el cuello por el que me tuvieron que dar puntos. Pensaba que le pertenecía. Me decía que no valía nada, que no podría sobrevivir sin él porque no tenía dinero ni trabajo", ha confesado Cornet, que finalmente le dejó: "En las noticias, oía que otras mujeres habían sido asesinadas por sus maridos. No quería convertirme en una de ellas".
UNA LACRA SOCIAL
El Salvador ha sido conocido -hasta hace poco- como la capital mundial del femicidio, que se define como el asesinato de una mujer por parte de un hombre por causas de género. Al menos 2.550 femicidios se han registrado en El Salvador entre 2010 y este septiembre, según la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA).
Las escenas de mujeres y niñas asesinadas y de sus cuerpos tirados como basura en calles, callejones y contenedores continúan golpeando los titulares de los medios locales. El femicidio sigue siendo un fenómeno creciente en América Latina, donde están algunos de los países con los mayores niveles como México, El Salvador, Guatemala, Honduras y Jamaica.
EL FIN DE LA TREGUA DE PANDILLAS
Los datos de femicidio cayeron de los 923 en 2010 a los 175 en 2013 y, este año, se han registrado un total de 136 casos. El descenso del número de femicidios coincidió con el inicio de la tregua de pandillas en 2012, que acaba de terminar este noviembre, por lo que los expertos esperan un nuevo incremento de la violencia de género.
En El Salvador "todavía hay jueces que no se toman en serio el femicidio y no quieren enfrentarse a este problema o aplicar correctamente la ley", ha denunciado la jueza salvadoreña, Silvia de Bonilla.
"La excusa que dan algunos jueces es que la violencia contra las mujeres no se puede probar. Así que el asesinato de una mujer se define como homicidio cuando, en realidad, es un femicidio. En los casos en que la vulva y los pechos han sido cortados, está claro que el maltrato existía. Puede demostrarse", ha añadido.
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