La comida que termina en la basura sería suficiente para alimentar a 31,5 de los 47 millones de iberoamericanos que pasan hambre.
MADRID, 13 Ago. (Notimérica) -
¿Sabías que más de la mitad de las frutas y verduras que se cosechan en Iberoamérica terminan en la basura?. Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la región bota 127 millones de toneladas de comida cada año.
En Iberoamérica se desperdician aproximadamente 348.000 toneladas de comida al día, porción suficiente para alimentar a todo Perú, cuya población actual supera los 31,5 millones de habitantes. Es decir, la región malgasta alrededor del 15 por ciento de sus alimentos disponibles a pesar de que 47 millones de sus habitantes (8 por ciento de la población) pasan hambre.
Tirar 127 millones de toneladas de comida significa que, en promedio, cada iberoamericano malgasta 223 kilos de carne, pescado, frutas, verduras y productos lácteos al año.
Los países que más comida arrojan a la basura son Argentina, Brasil, México y Colombia. Por ejemplo, los argentinos no consumen el 12,5 por ciento de lo que producen. Es decir, 16 millones de toneladas de comida se desaprovechan al año en este país. La mayoría de esta cantidad (14,5 millones) se desaprovecha antes de llegar a los consumidores.
En Brasil la cifra es de 14,6 millones de toneladas anuales, cantidad que, según la FAO, sería suficiente para alimentar a 19 millones de brasileños. Según Allan Boujanic, representante de la FAO en Brasil, estas pérdidas "causan un perjuicio estimado de 940.000 millones de dólares al año".
A la lista se suma México que, con 10,4 millones de toneladas, es uno de los países que más comida desperdicia. Esta cantidad corresponde al 37 por ciento de los alimentos que el país produce. Por último, en Colombia se desperdician cada año 9,7 millones de toneladas de alimentos.
HAY ALIMENTOS PARA TODOS
Sin embargo, y a pesar que estas cifras se presentan como alarmantes, las pérdidas que se dan en Iberoamérica solo representan el 6 por ciento del desperdicio mundial, según los cálculos de la FAO.
Y es que, a nivel global, entre un cuarto y un tercio de los alimentos producidos anualmente para consumo humano terminan en la basura. Considerando que en el planeta se desechan 1.300 millones de toneladas anuales, suficientes para alimentar a 2.000 millones de personas, no es de extrañar que el Programa Mundial de Alimentos de la ONU asegure que hay suficiente alimentos para que todos los habitantes del mundo tengan lo indispensable para vivir de una forma sana y productiva.
Por lo tanto, la culpa de que uno de cada nueve habitantes del planeta pase hambre se podría atribuir a la mala gestión que se realiza con la comida.
Según la FAO, el 55 por ciento de las frutas y hortalizas, el 40 por ciento de las raíces y los tubérculos, el 33 por ciento de los pescados y mariscos, el 25 por ciento de los cereales y el 20 por ciento de las oleaginosas y legumbres, productos lácteos y carnes que se venden en Iberoamérica acaban en la basura.
Por esta razón, y porque las pérdidas afectan a la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, reducen la disponibilidad de alimentos, perjudican los ingresos de los productores y provocan un aumento en los precios para los consumidores, la FAO anima a la región a ser más eficiente, sostenible y justa en la manera de producir y distribuir comida.