MADRID, 27 Jun. (Notimérica) -
La capacidad productiva de Latinoamérica ha permitido disponer de alimentos más que suficientes para alimentar a toda su población. En 27 años se han reducido los índices de hambre en la región, pasando del 14,7 por ciento en 1990 al 5,5 por ciento en 2016, según indica el 'Programa de la Inseguridad Alimentaria en América Latina y el Caribe', elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO).
No resulta una sorpresa tomando en cuenta que Latinoamérica cuenta con una gran dotación de recursos naturales y posee la extensión de tierra cultivable más grande del mundo. Pese al panorama favorable, el problema principal en los países de la región es la distribución desigual de alimentos y la pobreza extrema que no se ha logrado erradicar, de acuerdo al estudio.
En este contexto, en Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, la República Bolivariana de Venezuela y Uruguay los índices de hambre se encuentran por debajo del cinco por ciento, mientras que Haití posee la tasa de hambruna más alta del planeta, con un 53,4 por ciento.
DESNUTRICIÓN INFANTIL
La desnutrición infantil es una de las amenazas principales en la región, ya que tiene impactos negativos en la salud pública, educación y productividad. Por ejemplo, en Ecuador el impacto económico de la desnutrición, el sobrepeso y la obesidad alcanzó el 4,3 por ciento del Producto Interno Bruto en 2014, según la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
A nivel regional los índices de desnutrición infantil se han reducido desde 1990, cuando esta afectaba al 24,5 por ciento de la población de niños. En 2015 esta cifra se situó en el 11,3 por ciento, lo que significa que actualmente 6,1 millones de niños todavía padecen desnutrición crónica, de acuerdo al 'Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional', elaborado por la FAO.
DESPERDICIO DE ALIMENTOS
De acuerdo con este último informe, la existencia de altos volúmenes de pérdida y desperdicio de alimentos refleja una ineficiencia en el uso de los recursos productivos, afectando directamente la sostenibilidad de los sistemas alimentarios y con ello a la seguridad alimentaria y nutricional.
Actualmente, el 30 por ciento de los 378.000 millones de toneladas de alimentos producidos en Latinoamérica terminan en la basura, mientras que 34 millones de personas en el territorio pasan hambre.
Para frenar esta situación, desde 2015 varios países de la región han incorporado la temática en sus agendas legislativas, con 19 proyectos relativos a desperdicios que se debaten en los parlamentos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Perú y Uruguay.
ACCIONES FRENTE AL PROBLEMA
El programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) mantiene como segundo objetivo de desarrollo sostenible el hambre cero. Bajo este propósito, en Latinoamérica se busca terminar con todas las formas de hambre y desnutrición para 2030 y velar por el acceso de todas las personas a una alimentación suficiente y nutritiva durante todo el año.
Este objetivo implica promover prácticas agrícolas sostenibles a través del apoyo a los pequeños agricultores y el acceso igualitario a la tierra, la tecnología y los mercados.
Además, la FAO recomienda asegurar la disponibilidad de alimentos mediante sistemas de distribución eficientes, siendo estos medios de transporte adecuados para los alimentos, infraestructura vial, procesamiento y comercialización adecuada. Este objetivo se ha planteado con el fin de erradicar la brecha de acceso a los alimentos entre la población latinoamericana.