MADRID, 30 May. (Notimérica) -
Las arcas del Virreinato del Río de la Plata estaban vacías cuando se creó la Primera Junta, el primer gobierno autónomo de Argentina. Tras las invasiones inglesas y el caciquismo de los gobernantes, no tenían dinero para armar a las tropas y pidieron donaciones al pueblo. El 30 de mayo de 1812, un grupo de 14 mujeres donó sus joyas para comprar fusiles.
Esas 14 mujeres fueron las primeras, pero hubo muchas más durante la guerra. Independientemente de su clase social, buscaron formas alternativas para ayudar a la causa: cosiendo uniformes y banderas, ejerciendo de enfermeras en la retaguardia o convirtiéndose en una soldado más del Ejército Libertador.
Las Patricias Argentinas fueron Tomasa de la Quintana, María de los Remedios de Escalada, María de las Nieves de Escalada, María Eugenia de Escalada de Demaría, María de la Quintana, María Sánchez de Thompson, Carmen de la Quintanilla de Alvear, Ramona Esquivel y Aldao, Petrona Bernardina Cordero, Rufina de Orma, Isabel Calvimontes de Agrelo, Magdalena de Castro de Herrero, Ángela Castelli de Irgazábal y María de la Encarnación Andonaégui de Valdepares.
Las donaciones de estas mujeres no solo contribuyeron a llenar las arcas del Estado, sino también a extender el sentimiento patriótico y de libertad de un pueblo que quería autonomía. A cada fusil que compraron le hicieron grabar la consigna: "Yo armé el brazo de este valiente para asegurar su gloria y nuestra libertad".
A continuación, el nombre de algunas mujeres que lucharon por la independencia de Argentina.
MANUELA PEDRAZA 'LA TUCUMANA'
Luchó en la reconquista de Buenos Aires en 1806. Combatió junto a su marido y, cuando este cayó, cogió su fusil y comenzó a disparar a todos los enemigos. Fue nombrada Alférez con un sueldo vitalicio. Siguió batallando toda su vida.
MARTINA CÉSPEDES
Regentaba una tasca junto a sus hijas en la segunda invasión inglesa de 1807. Un día 12 soldados británicos acudieron a su negocio en busca de alcohol. Céspedes les dio tanta bebida que, uno por uno, les fue atando a la silla para hacerles prisioneros. Por este hecho fue designada Sargento Mayor.
MARIQUITA DE LOS SANTOS SÁNCHEZ
Pese a un matrimonio concertado, pudo escapar y casarse por amor. Perteneciente a la clase alta bonaerense, en su casa se celebraron las tertulias más importantes para coordinar la defensa de la ciudad. Además, dejó sus vivencias y pensamientos muy bien documentados.
ANA PERICHIN DE VALDENIL
Las mujeres también se organizaron el la 'Revolución de Mayo'. Ante las dudas de Cornelio Saavedra, la historia cuenta que fue ella quien terminó de convencer al comandante instándole a tomar las armas y que el Cabildo Abierto se celebrara el 22 de mayo.
REMEDIOS DE ESCALADA
Fue una de las Patricias Argentinas. Desde su alta posición social, creó un grupo de mujeres que trabajaron por la causa de la independencia. Ellas mismas bordaron banderas patrias y cosieron los uniformes de todo un regimiento. Además, donaron joyas para la compra de armas.
MARÍA LORETO SÁNCHEZ PEÓN DE FRÍAS
Espía del Ejército Libertador. Se disfrazaba de comerciante y accedía a las ciudades o campamentos realistas. Contaba el número de soldados e incluso escribía sus nombres para luego pasar la información al Ejército Libertador. Para no ser vista, dejaba notas en árboles cercanos al río local.
MARÍA REMEDIOS DEL VALLE 'LA CAPITANA'
Se alistó en el Ejército con su marido y sus dos hijos, pero al término de la independencia solo quedó ella. Sin armas en el combate, alentaba a los soldados e intentaba introducirse en campamentos enemigos. Así la capturaron presa, pero logró escapar. Su osadía le valió su nombramiento como Capitana. Pese a ello, murió en la miseria pidiendo limosna mientras La Junta de Representantes exigía pruebas para darle una pensión vitalicia.
JUANA DE AZURDUY
Junto con sus cuatro hijos y su marido se hizo a la lucha contra el Ejército realista. Destacó por su gran habilidad para el combate y por su manejo montando a caballo. Adiestró y lideró varios regimientos. Su valía le sirvió para ser designada Teniente Coronel. La historia narra que dio a luz a su última hija en pleno combate, agarrándola con una mano y blandiendo la espada con la otra. La muerte de su marido le hizo retirarse de la lucha. Murió en la pobreza sin ningún tipo de reconocimiento.