MANAGUA, 31 Mar. (Notimérica) -
Nicaragua ha sufrido varios terremotos a lo largo de su historia, el primero de ellos tuvo lugar el 31 de marzo de 1931 en Managua, a las 10.23 (hora local). Con una magnitud de 6,0 grados en la escala sismológica de Richter, el sismo destruyó la capital nicaragüense causando más de 1.200 muertos, más de 2.000 heridos y 45.000 damnificados.
El epicentro se localizó en la falla del Estadio, llamada así por atravesar el actual Estadio Nacional Dennis Martínez que en ese entonces era la Penitenciaría Nacional.
Managua quedó devastada y los edificios emblemáticos que cayeron fueron el Palacio de Comunicaciones, los mercados Central y San Miguel, el Teatro Variedades, La Casa del Águila, los templos de Candelaria, San Antonio, San Pedro y la Penitenciaría Nacional, donde murieron centenares de reos. Todos estos destrozos se vieron reflejados en unas pérdidas económicas valoradas en 35 millones de dólares.
El sismo se produjo un Martes Santo, en plena Semana Santa y los mercados, almacenes y comercios que estaban repletos de visitantes fueron testigos de un caos absoluto. Además del terremoto tuvo lugar un voraz incendio que, causado por las materias inflamables de las boticas y las cocinas de leña, devoró más de 20 manzanas del radio central.
Para parar el fuego, que debido a las explosiones causó más destrozos que el propio terremoto, se usaron cartuchos de dinamita para demoler los edificios no destruidos y así detener el avance de las llamas.
Por su parte, el presidente de Nicaragua en aquel entonces, José María Moncada, que se encontraba disfrutando de sus vacaciones de Semana Santa, llegó al país centroamericano el mismo día del suceso. Instaló una improvisada Casa Presidencial en la residencia de su primo y posterior presidente de Nicaragua Anastasio Somoza García.
La primera ayuda internacional llegó de las hermanas Repúblicas de Centroamérica, que inmediatamente después del sismo, enviaron socorros por vía aérea. Alimentos, medicinas y dinero eran los suministros que iban llegando a Nicaragua, un país que durante el siglo XX fue dramáticamente castigado por varios terremotos.
Este desastre sembró las semillas del siguiente gran terremoto que se produciría el 23 de diciembre de 1972, pues muchas casas y edificios dañados, hechos de taquezal o concreto, fueron reparados inapropiadamente con repello y dejando grietas en sus bases.
Este fue el segundo gran terremoto que sufrió Nicaragua, que con una magnitud de 6.2 grados en la escala sismológica de Richter, tuvo lugar en vísperas de Navidad. En tan solo 30 segundos el temblor destruyó Managua y causó más de 19.000 muertos y alrededor de 20.000 heridos.