TEGUCIGALPA, 24 Sep. (Notimérica) -
Conocida como 'El Pozo', la nueva cárcel de máxima seguridad ubicada en el departamento hondureño de Santa Bárbara, se ha convertido en un centro penitenciario infranqueable diseñado para cabecillas de las maras y los pandilleros más peligrosos.
Los muros y rincones de este centro han sido construidos con concreto hidráulico, sin espacios para las comunicaciones internas, donde los delincuentes estarán completamente aislados. Además, cada lugar se encuentra estrictamente monitoreado por cámaras de seguridad, y albergará a un máximo de 2.000 presos.
Este lunes, el primer grupo de 37 reos de alta peligrosidad han llegado a 'El Pozo' desde otras prisiones del país centroamericano.
La prisión comenzó a construirse en 2014 y está compuesta por seis pabellones independientes de tres pisos, basados en cárceles de Estados Unidos.
Asimismo, cada celda --cada una mide 2,45 metros de largo por 3,05 metros de ancho-- cuenta con un sanitario, lavamanos y ducha, de tal modo que los reclusos no tengan necesidad de salir. Además, cada pared está conformada por bloques de 20 centímetros y una varilla de 1,3 centímetros. Entre las estructuras existe una fundición de 15 centímetros, lo que la convierte en una cárcel blindada e impenetrable.
Además, la celda permanece a oscuras y sin aire acondicionado. Una pesada puerta blindada, con cuatro mecanismos de cerrojo y un candado, es el primero de muchos obstáculos hacia la libertad de los presos. A esto se le suma un agente penitenciario que vigila cada módulo desde una cabina especial, construida en el segundo nivel. Desde ahí todo se observa y controla digitalmente.
Los 'torones', como se les denomina a los jefes de las maras, gritan una y otra vez, pero no se les puede entender ya que la acústica del módulo lo impide.
"Queremos hablar con el director", gritan desesperados. "Hace calor hermano, hace mucho calor", "Esto es un infierno, sáquenos de aquí", responden de otro lado, según informa 'La Tribuna'.
Del mismo modo, la prohibición del ingreso de las visitas a las celdas es una de las medidas de control que se implementará en esta megacárcel, por lo que los agentes penitenciarios llevarán a los presidiarios hasta una sala habilitada que solo tiene sillas y mesas.
Concretamente con el tema de la higiene, cada reo de máxima peligrosidad tiene derecho a bañarse una vez al día. Las duchas están frente a las celdas y por su condición de peligrosidad, cada ducha es en sí una celda.
Al entrar a ella se cierra la puerta blindada con cuatro cerrojos y se coloca el candado. Los reos sacan sus manos por una ventana para que el agente penitenciario retire las esposas.
IMPOSIBLE EL ACCESO AL SOL
En el interior de los módulos es imposible acceder a la luz solar. Desde la cabina de controles, el agente penitenciario enciende y apaga las luces artificiales.
Del mismo modo, en el patio central de cada módulo la luz se enciende a las 6.00 (hora local) de la mañana y se apaga a las 21.00 de la noche.
Finalmente, a través de un video difundido por 'El Heraldo' se puede observar como es 'El Pozo' por dentro.