BRASILIA, 17 Ago. (EP/AP) -
Los restos mortales del ex dictador paraguayo Alfredo Stroessner, rector supremo de su país durante 34 años, fueron enterrados el jueves en el cementerio principal de Brasilia en una ceremonia privada a la que sólo acudieron familiares y amigos muy cercanos.
El cuerpo de Stroessner fue vestido con traje azul de civil, camisa blanca y la insignia del Partido Colorado en el ojal, según la descripción de uno de sus parientes. Sobre el ataúd lucían dos banderas vistosas: la de Paraguay y la del Partido Colorado, con el cual Stroessner gobernó hasta 1989, cuando un golpe militar lo depuso y por lo que se exilió a la capital brasileña.
De la residencia del Lago Sur de Brasilia, uno de los barrios más exclusivos de la ciudad, salió el ataúd cargado por su hijo Gustavo y su nieto Gustavo Alfredo. Detrás, cada una con una rosa carmesí en las manos, caminaban nueve de sus nietas, vestidas de negro combinado con camisa blanca. Siete de los nueve bisnietos del general, quien murió el pasado miércoles a los 93 años, también formaban el cortejo.
En el momento de partir hacia el cementerio, se alinearon cinco vehículos a los que subieron todos los integrantes del reducido grupo que viajó a Brasilia desde Paraguay para el velatorio y los funerales. Su hija Graciela, junto a su hermano Gustavo, se ubicaron en el vehículo que encabezó la marcha al cementerio.
El entierro de los restos mortales del ex dictador tuvo lugar a la hora prevista, como epílogo de una de las decisiones mas prolongadas cuyos detalles fueron mantenidos en sigilosa reserva. El episodio fue comparado al mundo de secreto y sigilo que a menudo caracterizó algunas de las decisiones de Stroessner durante su prolongado mandato.
TRASLADO EN INTERROGANTE
José Alberto Planás, el que fuera el abogado del ex dictador paraguayo y ex ministro de Obras Públicas durante su Gobierno, resaltó que "más adelante, en dos o seis meses más, nadie sabe, será llevado a Paraguay".
Por su parte, el nieto del ex dictador Alfredo Gustavo Domínguez Stroessner confirmó poco después que el motivo por el cual que la familia había decidido enterrarle en Brasilia "es una razón muy privada y muy familiar", y que se reservará la respuesta.
Hasta casi el momento del entierro, casi 24 horas después de su muerte, nadie sabía a ciencia cierta si los restos del hombre que manejó los destinos de Paraguay con mano inflexible durante 34 años se quedarían en Brasilia, donde había vivido exiliado desde 1989.
El ex dictador murió por un colapso de sus órganos vitales seguido por un paro cardiaco. Estaba internado en el hospital Santa Luzia, de Brasilia, desde el pasado 29 de julio, cuando fue operado de dos hernias.