EL SALVADOR, 5 Jun. (Notimérica) -
Todos los días a las ocho de la mañana niños de entre 6 y 12 años se sientan en el suelo de una casa de playa y no en un pupitre como los que todos conocemos. Sus clases comienzan hablando en inglés sobre cómo les fue el día anterior o cuáles son sus planes para esa jornada. Estos niños son los hijos de una comunidad de extranjeros que viven en la playa 'El Zonte' (El Salvador). La casa de playa, como así la llaman ellos, es la sede de la primera escuela libre del país iberoamericano.
Los protagonistas de que esta historia pueda contarse son la salvadoreña Paola Miranda y su esposo estadounidense Michael Dooley. Esta pareja decidió dar un vuelco a la tradicional enseñanza "obsoleta" y "poco efectiva". Encontraron la inspiración de esta idea en un documental llamado 'La educación prohibida' y decidieron emprender este proyecto educativo.
Las clases de la escuela libre son participativas y no es solo teoría, sino que los niños ponen en práctica todo lo aprendido. Las asignaturas son muy variadas y hay desde matemáticas, pasando por lenguaje e idiomas, hasta cocina o juegos artísticos. "Los niños hacen sus propias tortillas, ponen la mesa y luego la recogen y lavan los platos".
"Aprender a través de la diversión es nuestro lema. Cuando el cerebro está motivado y alegre es cuando más aprendemos", asegura la profesora salvadoreña.