MADRID, 18 Dic. (Notimérica) -
El pasado viernes, el congresista estadounidense Beto O'Rourke publicó un video en las redes sociales en el que se observa a varios de los integrantes de la caravana de migrantes centroamericana, apostados en la frontera entre México y Estados Unidos, con un número con tinta negra marcado en su brazo.
En el video, O'Rourke muestra a una migrante guatemalteca y a su hija, a quienes les pide que muestren su brazo. Al descubrirlos, se puede ver el número 2.143 en el de la madre y 2.142 en el de la menor. Según explica el legislador, es su "lugar en la línea para pedir asilo" ante las autoridades migratorias estadounidenses.
Para algunos, el que los solicitantes de asilo en la frontera lleven cifras escritas con tinta negra en los brazos es una inquietante referencia al Holocausto.
Pero para Michael, un inmigrante de 43 años que dice haber partido de Cuba hace un año, la tinta negra representa la oportunidad de una nueva vida. Y a nivel práctico, representa su lugar en la fila.
"Espero que sí, que con estos números llegaré a la frontera y todo saldrá bien", señala Michael según informó 'CNN'.
Por el momento, se desconoce quién es la persona responsable de la puesta en marcha de este sistema de ordenamiento. Asimismo, funcionarios de ambos lados de la frontera dijeron que los gobiernos de Estados Unidos y México no son responsables de esos números.
"Es difícil rastrear el origen del sistema, pero parece haberse creado como una lista de espera no oficial", señaló Gabriela Reyes, miembro de la Cruz Roja Mexicana en Juárez. Al parecer el sistema se creó hace unas semanas para trasladar a los inmigrantes a refugios y que son ellos mismos quienes escriben los números en sus brazos como forma de comprobar su lugar en la fila.
HOLOCAUSTO
Durante la Segunda Guerra Mundial, los prisioneros que llegaron a Auschwitz --campo de concetración en Polonia-- fueron tatuados con un número de serie para que los funcionarios pudieran identificar a los fallecidos.
Los números tatuados se han convertido en una de las pruebas más fácilmente visibles de la deshumanización de judíos y presos de otras minorías durante la guerra.