CIUDAD DE MÉXICO, 31 Oct. (Notimérica) -
La fiesta de Halloween, que se celebra el 31 de octubre alrededor de todo el mundo, adquiere un toque diferente en México, ya que comparte protagonismo con el tradicional Día de los Muertos, que se festeja entre el 1 y el 2 de noviembre. Las calles se llenan de altares en honor a los seres queridos, calaveras y, sobre todo, mucha comida, como los exquisitos tamales --realizados a base de maíz--, o el pan de muerto, que llena las panaderías desde semanas antes a esta fecha.
Durante las fechas que van del 31 de octubre al 2 de noviembre, México se convierte en una fiesta, sus calles se llenarán de color, música, puestos de comida y, especialmente, muchas risas y buen humor. Una gran celebración, en la que las calabazas típicas de otros países apenas tienen espacio entre las calaveras y el papel picado que acostumbran a utilizar los mexicanos.
Aunque en el pasado Halloween apenas tenía hueco en México, durante los últimos años ha ido ganándole terreno al tradicional Día de los Muertos, una de las celebraciones prehispánicas más festejadas en el país. De hecho, en estas fechas es habitual encontrar a grupos de niños que van de casa en casa pero, en lugar de pedir los dulces, reclaman que los vecinos echen dinero en sus calaveritas.
El típico 'dulce o truco' ha sido sustituido por 'quinto para mi calavera' y los niños portan, en vez de dulces, huchas en las que van depositando los donativos. Lo que en México no cambia son los disfraces típicos de esta fecha y, como en otros países del mundo, son habituales los de brujas, esqueletos o vampiros.
Pero este año, los habituales disfraces tienen que compartir escenario con personajes como el de 'El Chapo' Guzmán o el del presidente estadounidense, Donald Trump, e inclusive el del mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, entre otros.
Como toda celebración mexicana que se precie, la comida adquiere un papel protagonista y en estas fechas los tamales son, sin duda, uno de los platos más reclamados. Realizados a base de maíz y envueltos en una hoja de plátano, puede ir acompañado por algún guiso de carne o de mermeladas, convirtiéndose así en un postre que también se acostumbra a comer el 2 de febrero, día de la Virgen de la Candelaria.
Pero sin duda, uno no puede vivir en México y no atiborrarse del delicioso pan de muerto. Un bollo que solo se degusta en estas fechas que puede ir cubierto por azúcar y estar relleno de chocolate, crema o nata. Una auténtica delicia que, en este mes, abarrota las panaderías de este país.