ASUNCIÓN, 10 Jul. (Notimérica) -
Países iberoamericanos como Bolivia, Paraguay o México albergan asentamientos de menonitas, una rama anabaptista --una rama del protestantismo cristiano-- que se caracteriza por renegar de la actual sociedad de consumo. Esta comunidad rechara la ciencia y la tecnología, y mantiene diversos asentamientos a lo largo de todo el mundo.
A principios del siglo XX, las iglesias menonitas de Estados Unidos, Canadá y México, donde se encontraban sus primeros asentamientos en el continente, decidieron enviar misioneros a otros países. Este hecho se sumó a los constantes movimientos migratorios de este grupo social, el cual busca desarrollar su vida lo más alejada posible de la sociedad moderna.
Los primeros registros de menonistas en Iberoamérica, además de los residentes en México, están en Argentina, en el año 1917. Actualmente también hay presencia de este grupo religioso en Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, Perú, Panamá o Paraguay. Sin embargo, en los últimos tiempos los menonitas de este último país, al que llegaron en la década de los años veinte y donde en total hay unos 40.000 integrantes, se están viendo amenazados y obligados a huir del territorio.
Asentados principalmente en el centro norte de Paraguay, en las cercanías de la ciudad de Filadelfia y en la colonia Neuland, ambas en el departamento de Boquerón, los menonitas paraguayos han sufrido en los últimos años varios ataques y secuestros por parte del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), una guerrilla de inspiración marxista y con valores cercanos a las guerrillas rurales colombianas con una década de existencia.
Se calcula que hay en torno a 100 guerrilleros que sobreviven en cautiverio entre los departamentos de Concepción y San Pedro, próximos a la frontera con Brasil, y que cuentan con recursos económicos con los que vivir y con los que adquirir material armamentístico y explosivos. La procedencia del dinero se cree que es de actividades relacionadas con el narcotráfico y de la extorsión.
En esto último es donde entran los menonitas. Al tratarse de una población vulnerable en cuanto a su marginalidad, los menonitas se han visto atacados por este grupo guerrillero que, como método de extorsión, ha secuestrado y asesinado en el último año a varios de sus miembros. El caso que más conmocionó a la sociedad menonita fue el de Abraham Fehr, mexicano menorita de 36 años, cuyo cuerpo apareció en enero de 2018 a pocos kilómetros de la colonia tras dos años desaparecido, recoge 'BBC Mundo'.
Aproximadamente un año antes, en febrero de 2017, el menonita paraguayo Franz Wiebe fue liberado después de que su familia repartiera por exigencia de la guerrilla alimentos entre dos comunidades. Otro caso fue el de Gerardo Wall Rampel, menonita puesto en libertad tras diez horas de cautiverio al que según medios locales le habrían perdonado "por esta vez". A día de hoy, permanecen en cautiverio el oficial de policía Edelio Morínigo y el ganadero Félix Urbieta Ramírez.
Como consecuencia, la comunidad menonita está abandonando sus tierras en Paraguay en dirección a Bolivia, tal y como contó a 'ABC Color' el administrador de la cosecha menonita del Norte, Ramón Escobar. El temor y la presión que ejercen sobre ellos los integrantes del EPP ha llevado a que los colonos busquen nuevos terrenos donde asentarse y empezar de cero. Además, aseguran algunos integrantes menonitas a 'BBC Mundo', las tierras en Paraguay han subido sus precios, haciendo más difícil su permanencia en el lugar.
"Como cuando llegamos a Paraguay, será ir a una tierra desconocida, donde todo es maleza y hay que limpiar todo a mano y descubrir las prácticas que mejor convienen y los productos que se pueden cultivar", explica este mismo al citado medio.