MADRID, 7 Jul. (Notimérica/EP) -
Marcela Turati, periodista mexicana y colaboradora de la revista 'Proceso', es experta en la cobertura de los impactos sociales de la violencia originada por la lucha contra el narcotráfico en su país, aunque ella prefiere decir que está especializada en "cubrir víctimas".
Gran defensora de los Derechos Humanos y de la búsqueda de la verdad, decidió investigar quiénes eran las víctimas de los asesinatos y terminó, casi sin querer, tocando muchos más temas.
Turati relata que, a partir de 2006, cuando Felipe Calderón asumió la presidencia y ordenó perseguir el narcotráfico, "todo se descompuso y empezó una violencia brutal, como una declaración de guerra en la que todo el mundo sacó sus armas". Durante los seis años posteriores, 70.000 personas murieron por esta causa y otras 26.000 desaparecieron.
Es entonces cuando Turati y sus compañeros de profesión especializados en estos temas empezaron a cubrir los enfrentamientos, convirtiéndose en uno de los 'blancos' preferidos de muchos ataques por diversos frentes.
"Por un lado, el Gobierno no quiere que haya mala publicidad del país y, por otro, los narcotraficantes no quieren ruido para que el Ejército no vaya allí donde están. Se busca silenciar, que no se cuente lo que está pasando porque está todo corrompido y los intereses son de varios: gobernantes, narcos, empresas mineras", comenta la periodista en una entrevista en exclusiva con Notimérica.com
En esta línea, Turati afirma que la violencia cambia de sitio, se desplaza, y que hay estrategias para silenciar lo que pasa. "Se quiere dar la imagen de que todo está bien en México, pero no es así".
Lo que mueve a Turati es la "indignación", pero tiene claro que hay que autocuidarse y formarse para seguir informando. "Si nos cuidamos nosotros, podemos cuidar la información", señala la periodista.
PROTOCOLOS DE SEGURIDAD PARA PERIODISTAS
Hay veces en las que Turati no ha sido "capaz" de entrar en determinados lugares a investigar, no sabe bien "si por paranoia o por intuición", pero algo le decía que no. Hay gente, según cuenta, que borra sus límites de lo que se puede y no se puede hacer, y eso es "muy peligroso, cuando hay tanta indignación que no se puede frenar".
Empezó muy "ingenuamente" a investigar estos casos y, de repente, se dio cuenta "de que estaba tocando otros temas". Siendo conscientes del peligro que sus labores representan, Turati y otros compañeros de la red 'Periodistas de a Pie' -de la que ella es cofundadora- iniciaron protocolos de seguridad física, ética, emocional y psicológica para aprender a investigar estos casos.
"Hay momentos en los que sientes de todo, pasas por varias fases. La frustración, la desesperanza y el nivel de presión son muy elevados, así que creamos la red para buscar un soporte emocional y una protección de grupo, además de para luchar por los Derechos Humanos", añade.
Una de las cosas más difíciles para Turati es que en su país se desconoce quién trabaja para quién, no hay ninguna certeza de con quién se habla porque las amenazas vienen de diferentes partes. "Ahora hay un río revuelto, las amenazas pueden venir desde los gobernantes hasta las empresas mineras o narcotráficos. Todo el mundo aprovecha el caos y no se investiga".
UNA SITUACIÓN QUE NO MEJORA
Turati confiesa que no hay ninguna mejora en la situación del silencio informativo de estos temas. Por ejemplo, la información de la masacre de 2010, conocida como 'los 72 migrantes', "no es accesible para los periodistas" porque la Policía asegura que es "información clasificada". Desde 'Periodistas de a Pie', desean combatir esta imagen internacional.
Las ayudas de los familiares, explica Turati, son muy importantes en la labor de investigación porque, muchas veces, son ellos quienes se infiltran y hacen lo imposible para averiguar qué paso con sus hijos o parejas. Por eso, "nuestro primer mandamiento es no poner en riesgo a nadie", apunta la periodista.
Para poder realizar un periodismo comprometido cuando hay intereses que están por encima, Turati afirma que hay que hacerlo en equipo, con organización y estrategia, siguiendo unos protocolos establecidos que antes no se hacían. "Tratamos de aprender a cuidarnos primero, no puedes entrar a las zonas de peligro sin cuidado. Ya no podemos ser ingenuos porque cualquier tema que toques, estás entrando en otros".
Las mujeres, según explica Turati, ejercen un rol fundamental en la lucha por combatir estos crímenes, tanto a nivel periodístico como a nivel social porque, al igual que en la plaza de mayo de Argentina, "las que buscan a los desaparecidos son las mujeres".
"Donde hay masacres, las mujeres organizan cursos y eventos, como obras de teatro, para que la gente pierda el miedo y vuelva a salir a la calle. El papel del hombre es diferente, tiene que dar la cara y seguir trabajando, y si llora está mal visto porque tiene que dar ejemplo", relata.
Para Marcela Turati, todo periodismo real tiene que ser comprometido con la verdad. "El periodismo comprometido es buscar, indagar, ir un poco más allá. No sólo es cronicar, sino encontrar cuáles son los mecanismos y las lógicas para que esto pase. Siempre hay algo detrás, no es casual, siempre hay gente que se beneficia", concluye.
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