CIUDAD DE MÉXICO, 21 Feb. (Notimérica) -
Fue gracias a una mujer por lo que Hernán Cortés, el hidalgo español que partió para conquistar el Nuevo Mundo, consiguió derrotar al Imperio azteca. Conocida en la historia como La Malinche, esta joven náhuatl oriunda del actual estado mexicano de Veracruz fue regalada a los colonos para quienes ejerció de intérprete entre españoles y mexicas.
Se trata, quizás, de la primera diplomática de la historia del continente americano. Los historiadores fechan su nacimiento por el año 1500 en el municipio Oluta, cerca de la ciudad olmeca de Coatzacoalcos. Fruto de una familia perteneciente a la clase alta de la sociedad mexica, su nombre original es Malinalli, en honor a la diosa de la Hierba, aunque más tarde fue bautizada como Tenépatl, que significa "el que habla con vivacidad".
Tras la muerte de su padre, un cacique de Oluta y Xaltipa, su madre, de nombre Cimalt, la vendió a un grupo de traficantes de esclavos provenientes del sur de la región de Xicalango, donde paso de mano en mano hasta que, después de la derrota de los tabasqueños en la Batalla de Centla en 1519, fue regalada junto con otras 19 mujeres, piezas de oro y mantas al español que lideraba la conquista de México, Hernán Cortés.
CUALIDADES DE POLÍGLOTA
Sus dotes con los idiomas maya y el náhuatl le permitieron ser de gran utilidad para los extranjeros con quienes además, aprendió el castellano gracias a su cooperación con el náufrago cautivo por lo mayas, Jerónimo de Aguilar. Rebautizada esta vez como Malintzin, la joven náhuatl se dedicó a asesorar a los íberos sobre las costumbres sociales y militares de los nativos y actúo de diplomática, desempeñando un importante papel durante la conquista.
La ayuda que supuso para los hispanos fue tal que en los códices aztecas, como el Lienzo de Tlaxcala en el que se representa el encuentro de los españoles con el monarca Moctezuma II en Tecnochtitlan (capital del Imperio mexica), siempre se ubica muy cercana a Cortés.
Más tarde y bajo el nombre cristiano de Marina, tal y como dictaba la ley castellana para poder mantener relaciones de concubinato, Cortés convirtió a la que fuera su sumisa en su amante llenándola de regalos como exuberantes joyas de oro y un espejo en el que Malinche (nombre original) pudo observar su rostro por primera vez.
En 1522 ambos concibieron un hijo mestizo de nombre Martín Cortés, que vivió con su madre en la casa que el caballero le construyó en Coyoacán, cerca de la capital. Sin embargo, más tarde Cortés la casó con el hidalgo y primo lejano suyo, Juan Jaramillo, con quien tuvo otra hija, María Jaramillo. Aún así, Malinche siguió sirviendo como intérprete y por el año 1524 se desplazó con Cortés a Honduras donde los historiadores estiman que murió 5 años más tarde a causa de una epidemia de viruela.
Por el contrario, el historiador Sir Hugh Thomas, en su libro Conquest, afirma que pudo morir pasado el año 1551 gracias a unas cartas que descubrió en España en las que se refieren a ella como viva por esta época.
FIGURA FEMINISTA
Aunque hoy en día se ha convertido en un arquetipo mítico que los artistas iberoamericanos han representado y comparado con la figura de la Virgen María, La Llorona y Las Soldaderas (mujeres que lucharon junto a los hombres durante la revolución mexicana), muchas son las personas que utilizan el término "malinchista" para referirse a aquellos que valoran más la cultura extranjera que la nacional.
Sinónimo de traidor, los mexicanos han acuñado esta palabra cuyos orígenes se remontan a la conquista del Nuevo Mundo por ser "la llave" que abrió las puertas de México.