BOGOTÁ, 15 Dic. (Notimérica) -
Los líderes sociales colombianos tienen miedo, saben que si no tapan sus caras y protegen su identidad podrían acabar muertos. De nada les vale pedir ayuda al Gobierno pues la experiencia les dice que esa no es protección suficiente.
En lo que llevamos de año, y según los datos del movimiento Marcha Patriótica, son ya 120 los líderes sociales que han sido asesinados. Reclaman que los guardaespaldas no sean algo exclusivo para los políticos de Bogotá pero, aun así, enmascarados y temerosos, siguen llevando a cabo su labor.
El pasado jueves muchos de ellos se trasladaron hasta Bogotá para tratar de provocar una reacción en el Gobierno que les pueda dar alguna solución. "Por defender la posibilidad de tener una vida digna estamos viviendo en la violencia, por favor necesitamos que nos escuchen, ¿hasta cuándo vamos a estar así?", eran las palabras de una de las 25 líderes de Bajo Atrato y Urabá amenazadas de muerte, según recoge 'El País'.
Los muertos se distribuyen por todo el país. En muchas ocasiones por tratar de recuperar las tierras que les pertenecen son asesinados, denuncian alianzas de empresarios y grupos armados que les impiden recuperar sus terrenos para poder seguir explotándolos.
Su objetivo es que sus problemas se noten en la capital y en las grandes ciudades, donde menos se sienten, para que así se produzca una reacción de la sociedad ante una situación injusta y que debe terminar.
"Estamos pidiendo citas con el ministro de Defensa, con el ministro del Interior y con el vicepresidente para que no permitan que nos sigan asesinando. Las amenazas han sido de forma directa de miembros del Clan del Golfo, ya hay unas listas específicas que han emitido y en donde además incluyen casi a 209 personas", dijo uno de los reclamantes de tierras a 'RCN televisión'.