Publicado 26/04/2016 08:59

Juan Gerardi, el obispo católico que fue asesinado por defender los derechos en Guatemala

Obispo guatemalteco Juan Gerardi
REUTERS

   MADRID, 26 Abr. (Notimérica) -

   Este martes 26 de abril se cumplen 18 años de la muerte del obispo católico guatemalteco y defensor de los Derechos Humanos, Juan Gerardi, que fue asesinado en Ciudad de Guatemala en 1988.

   Gerardi fue una de las voces más fuertes que hablaron y denunciaron las atrocidades cometidas durante el conflicto armado interno, que causó un gran impacto en Guatemala en términos económicos y políticos, y que agudizó la polarización de la sociedad del país.

   Después de que en enero de 1980, la Embajada española se quemara dejando como resultado alrededor de 39 víctimas mortales, Gerardi, que por aquel entonces era obispo del departamento de El Quiché, emitió un comunicado que condenaba estos actos de violencia, así como los innumerables abusos a los Derechos Humanos que ocurrían con frecuencia en ese momento.

   Como consecuencia de está oposición publica, Gerardi comenzó a recibir amenazas de muerte y se vio obligado a vivir en el exilio, en Costa Rica, durante el Gobierno de Romeo Lucas García.

   Cuando el presidente guatemalteco fue derrocado por un golpe de Estado en 1982, el religioso pudo regresar a su país, fue nombrado obispo auxiliar de la Archidiócesis de Guatemala, y participó en la creación de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG).

   No obstante, su trabajo más importante y destacado fue un proyecto para la Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI), con el que Gerardi se implicó de lleno con el fin de exponer la verdad de lo que ocurrió durante el enfrentamiento armado para que el pueblo de Guatemala no volviera a sufrir una tragedia similar.

   Este proyecto, que comenzó incluso antes del fin oficial del conflicto, incluía cientos de entrevistas realizadas por Gerardi y sus compañeros en las que los guatemaltecos describían sus experiencias e identificaban a los responsables de los enfrentamientos.

   Gerardi reunió los resultados del proyecto REMHI en el informe 'Guatemala: Nunca Más' y lo hizo público el 24 de abril de 1988, incriminando especialmente a las Fuerzas Armadas de Guatemala. Según los datos del estudio, el Ejército era responsable de casi el 90 por ciento de las violaciones de los Derechos Humanos cometidos durante el periodo de 36 años de guerra civil, mientras que los grupos guerrilleros eran culpables de un 9 por ciento.

   El estudio fue especialmente controvertido, ya que fue el primero en proporcionar los nombres de más de 1.000 personas y miembros militares implicados en las barbaridades cometidas en el país centroamericano.

   EL ASESINATO

   Dos días después de la publicación del informe, el 26 de abril de 1988, el obispo fue asesinado a golpes en su casa, en Ciudad de Guatemala. Su cuerpo fue encontrado tendido en el garaje por el sacerdote Mario Orantes, que compartía la parroquia con Gerardi y más tarde sería condenado por ser cómplice del asesinato.

   El obispo fue agredido en la cabeza con un adoquín en varias ocasiones, por lo que, según el informe del forense, le fracturaron la mayoría de huesos del cráneo y de la cara.

   Por el asesinato de Gerardi fueron condenados también tres militares: el coronel Byron Lima Estrada, de 78 años; su hijo, el capitán Byron Lima Oliva, de 42, y el sargento, Obdulio Villanueva.

   Este último fue señalado como presunto autor material del crimen y murió decapitado en prisión, durante un motín protagonizado por las violentas pandillas juveniles conocidas como maras.

   Tras la liberación de Orantes en 2013, que se benefició de la redención de pena tras haber cumplido la mitad de su condena --20 años de cárcel--, ya sólo permanece en prisión el capitán Lima Oliva. Su padre, el coronel Lima Estrada, también recuperó su libertad acogiéndose a la figura de redención de penas.

   El asesinato de Gerardi está considerado el primer crimen político de la posguerra guatemalteca, además según la Comisión de Derechos Humanos de Guatemala, se considera que el autor intelectual del crimen sigue impune y que el Gobierno no ha hecho ningún esfuerzo para esclarecer la conspiración completa del asesinato.

   SUS MEJORES FRASES

   Durante su vida, el obispo Gerardi fue un gran defensor de la verdad y luchó por los derechos de los más débiles, de las víctimas de la violencia y de los necesitados, y está misión se ve reflejada en algunas de sus frases más celebres:

   1. Mientras no se sepa la verdad, las heridas del pasado continuarán abiertas y sin cicatrizar.

   2. Conocer la verdad duele, pero es sin duda una acción altamente saludable y liberadora.

   3. El perdón sana la memoria, no la desaparece.

   4. Siembra verdad y justicia y cosecharás reconciliación.