Publicado 04/06/2016 09:59

José de Sucre y la 'crónica de una muerte anunciada'

Sucre
WIKIPEDIA

   CARACAS, 4 Jun. (Notimérica) -

   Para muchos fue uno de los héroes de la independencia iberoamericana y el gran artífice de la batalla de Ayacucho, el último enfrentamiento dentro de las campañas terrestres de las guerras de independencia hispanoamericanas (1809-1826), que significó el final definitivo del dominio administrativo español en América del sur.

   Antonio José de Sucre, político, diplomático, estadista y militar venezolano, además de presidente de Bolivia, fallecía el 4 de junio de 1839.

   Nacido el 2 de febrero de 1795 en Cumaná (Venezuela), pronto comenzó sus andaduras militares tras unirse a los 15 años a la lucha por la independencia de Venezuela, a partir del 19 de abril de 1810.

   Su figura empezó a ganar protagonismo cuando se convirtió en uno de los principales lugartenientes de Simón Bolívar, quien por aquel entonces estaba dando forma a la Gran Colombia.

NACIMIENTO DE LA GRAN COLOMBIA

   Tras la liberación de Venezuela en 1819, se añadió ese mismo año la del virreinato de Nueva Granada (la actual Colombia) tras el triunfo de Bolívar en la batalla de Boyacá. En el Congreso en Angostura (1819) se materializó el nacimiento de la República de la Gran Colombia.

   Después de la creación del nuevo territorio, firmó con el general español Pablo Morillo Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra (25 y 26 de noviembre de 1820), redactados por el propio Sucre.

    Mediante estos tratados quedaba oficialmente derogada la 'guerra a muerte' (1812-1820), se acordaba una tregua de seis meses además de constituir de facto un reconocimiento del estado colombiano.

   Todo ello, conocido como el Armisticio de Santa Ana, fijó mundialmente el trato humanitario que desde entonces empezaron a recibir los vencidos por los vencedores en una guerra, por lo que es considerado pionero de los Derechos Humanos.

CAMPAÑA DEL SUR

   En 1821 dirigió la campaña del Sur, que tenía como objetivo liberar los territorios correspondientes a la Real Audiencia de Quito y promover su adhesión a la Gran Colombia.

   Así, el 19 de agosto de dicho año lideró la batalla de Yaguachi, entre las tropas independentistas de Guayaquil --con la ayuda de las fuerzas de la Gran Colombia-- y los realistas, liderados por el coronel Francisco González.

   Sucre vence a los españoles y aseguró la independencia definitiva de la Provincia Libre de Guayaquil. Tras la victoria, las tropas libertadores se dirigieron a Quito, campaña que acabó con victoria de los realistas españoles.

   Tras esta derrota, Sucre dirigió la Batalla de Pichincha (Quito) el 24 de mayo de 1822, en las faldas del volcán que le dio el nombre a la contienda. La victoria de los patriotas sobre los españoles supuso la liberación de Quito y un paso fundamental para la liberación de Ecuador.

   Un día después, los patriotas entraron en Quito, donde Sucre aceptó la rendición de todas las tropas españolas establecidas en el territorio. Melchor de Aymerich, presidente de la Real Audiencia de Quito y el comandante de los realistas en Pichincha, firmó la capitulación.

   Con esta victoria de Sucre se consolidó la independencia de la Gran Colombia, se consumó la de Ecuador (que quedó incorporado a la Gran Colombia) y quedó el camino expedito para la liberación de Perú después de la renuncia de José de San Martin, otro de los artífices de la independencia iberoamericana.

   Perú atravesaba una complicada situación militar, ante lo que solicitaron la ayuda de Bolívar, quien envió a Sucre al mando de 6.000 hombres.

   Así fue como se produjo la batalla de Junín (6 de agosto de 1824), y de Ayacucho (9 de diciembre), últimos enfrentamientos entre realistas e independentistas que, al saldarse ambas con victoria de los patriotas, resultaron vitales en el proceso de independencia de Perú.

   Finalmente, el 7 de abril de 1925, el general José María Valdez se rindió poniendo fin a la guerra del Alto Perú, región que pasó a denominarse República de Bolivia con Sucre como primer presidente del nuevo país, cargo que tuvo que abandonar a causa de la presión de los peruanos opuestos a la independencia boliviana.

GUERRA CON PERÚ Y EL FIN DE SUCRE

   Perú declaró la guerra a Colombia, comenzando la guerra grancolombo-peruana (1828-1829) y de nuevo Sucre se puso al mando de las fuerzas militares.

   Esta vez tendría que luchar en contra de sus antiguos aliados de la guerra emancipadora. Sin mayores dificultades, sin embargo, venció a los peruanos en la batalla de Tarquí (27 de febrero de 1829), que llevó a la firma del Tratado de Girón.

   A principios de 1830, inmersa ya en un proceso de desintegración, la Gran Colombia convocó en Bogotá el que sería su último congreso.

   Tras relatar ante éste el fracaso de su gestión en la frontera venezolana, salió de Bogotá camino de Quito. En una emboscada en la montaña de Berruecos (La Unión, Nariño), Sucre fue asesinado el 4 de junio de 1830.

    Tres días antes de su muerte, el periódico "El Demócrata" de Bogotá publicó el siguiente artículo: "Acabamos de saber con asombro, por cartas que hemos recibido por el correo del Sur, que el general Antonio José de Sucre ha salido de Bogotá...", comenzaba,

   "Las Cartas del Sur aseguran también que ya este general marchaba sobre la provincia de Pasto para atacarla; pero el valeroso general José María Obando (...) corría igualmente al encuentro de aquel caudillo y en auxilio de los invencibles pastusos. Puede que Obando haga con Sucre lo que no hicimos con Bolívar...".

   Todo parecía indicar que la muerte de Sucre estaba ya 'programada'.