MÉXICO DF, 29 Oct. (Notimérica) -
Llegó a pesar más de 440 kilos y su vida se convirtió en un auténtico infierno. Pero ahora, el mexicano Andrés Moreno, considerado el hombre más gordo del mundo, puede mirar el futuro con otra ilusión.
Este miércoles, 28 de octubre, este hombre, natural de Ciudad Obregón (Sonora), fue sometido a una complicada operación de derivación biliopancreática con cruce duodenal de la que ha salido bien y que, si todo sucede como está previsto, le hará bajar de los 323 kilos que pesaba antes de ser sometido a la cirujía, a unos 80.
Según los médicos del hospital Arboledas, situado en Guadalajara, (Jalisco), donde Andrés ha sido operado, éste se encuentra "estable". Pero la intervención no fue sencilla. "No fue nada fácil porque inclusive se nos doblaron los instrumentos y tuvimos que utilizar dos equipos insufladores de gas; normalmente usamos uno", dijo a la prensa José Castañeda, el bariatra que dirigió la cirugía.
El equipo de cinco médicos utilizó una técnica laparoscópica poco invasiva para cortar tres cuartas partes del estómago de Moreno, de forma que este órgano funcione en forma de tubo. También dividieron el duodeno para conectarlo con una parte del intestino y el páncreas y la vesícula biliar, lo que cambiará su proceso digestivo.
Con la cirujía, los médicos esperan que Andrés pierda el 90% de exceso de peso. "Andrés va a comer poco, va a tener nueva absorción porque el alimento no va a tener los cinco metros de intestino para absorción, y con eso se va a lograr que, al cabo de un año, pierda su sobrepeso", dijo Castañeda.
UNA DEPRESIÓN QUE LE LLEVÓ A ENCERRARSE.
La historia que está detrás de la obesidad de Andrés Moreno no es fácil. "Mi papá falleció y eso me empezó a deprimir porque yo era su amigo y su hijo a la vez" comentó poco antes de ser intervenido a un reportero de Azteca Noticias.
Un estado al que también contribuyó el hecho de que hace unos siete meses su pareja lo dejara. Eso ahondó en su tristeza, se encerró y cada vez comía más: "hasta dos kilos de frijoles".
Llegar al hospital donde ha sido operado también tuvo sus dificultades. Cinco bomberos tuvieron que ayudarlo a subir a una ambulancia que le trasladó a Guadalajara, donde le han practicado la cirugía con éxito.
Pero ahora Andrés mira el futuro con más optimismo: "Se puede cambiar la vida", dice este sonorense, que este viernes cumplirá 38 años. "Que no se queden encerrados en sí mismos; que no les de verguenza", aconseja a quienes como él sufren de obesidad. También tiene un mensaje para la gente: "que si ven un gordito no se rían de él".
Andrés quiere llegar a pesar 80 kilos y dedicarse a impartir conferencias para ayudar a otras personas en su misma situación.
El pasado 10 de agosto, lanzaba un desesperado mensaje en su página de Facebook: "Hola amigos y familiares, disculpen si los molesto con mi publicación; me da mucha pena pero necesito de su ayuda con lo que ustedes puedan y esté a su alcance para hacerme la operación de bypass. Mi peso es ya más de 300 kilos; mis pies ya no me pueden, casi no puedo caminar y he sufrido de preinfarto. La verdad, estoy desesperado".
Ahora sus mensajes seguro cambiarán de tono. Andrés puede mirar al futuro con optimismo.