RÍO DE JANEIRO, 2 May. (Notimérica) -
La costa verde que une los estados de Río de Janeiro y São Paulo alberga cientos de playas recónditas y paisajes paradisíacos, pero entre todos los rincones destaca Ilha Grande, una gran reserva natural de casi 200 kilómetros cuadrados que por el momento se ha conservado a salvo del turismo de masas.
La isla ha cambiado poco desde que la habitaban los indios tamoios, que ya entonces la conocían como Isla Grande ('Ippaun Wasu'). La 'descubrió' el oficial portugués Gonçalo Coelho el 6 de enero de 1502, día de Reyes, de ahí el nombre de la vecina localidad de Angra dos Reis, a quien pertenece la isla.
En los siglos XVIII y XIX se deforestó gran parte de la isla para cultivar caña de azúcar y café; era la época de los esclavos. Cuando se abolió la esclavitud se abandonaron los cultivos y la isla entró en decadencia, pero su rica vegetación de mata atlántica empezó a recuperarse de forma natural.
En la época imperial se usó como zona de cuarentena para los enfermos que llegaban a Brasil y hasta se ubicó una cárcel en una de sus playas más bellas, Dois Rios. La prisión funcionó hasta principios de los años 90 y su cierre marcó el inicio de una nueva etapa basada en el desarrollo sostenible y el ecoturismo.
En la actualidad apenas viven en Ilha Grande 5.000 personas, la mitad concentradas en Vila do Abrãao. Esta pequeña localidad concentra la mayoría de 'pousadas' y campings donde alojarse y es el punto de partida para descubrir sus mejores playas. Algunas de las más destacadas son las siguientes.
1. LOPES MENDES
Considerada por muchos la playa más bonita de Brasil, Lopes Mendes es una larga franja de tres kilómetros de arena blanca. Es muy frecuentada por los surfistas y 'domingueros' por estar situada muy cerca de Abrãao, desde donde se puede llegar en barco.
2. DOIS RIOS
Flanqueada por dos tranquilos ríos rodeados de manglares esta playa tiene el mismo sabor salvaje que Lopes Mendes pero es mucho más desconocida. Sus aguas también son más tranquilas por su forma de media luna. Aquí estaba situada la antigua cárcel de la isla, que llegó a tener 1000 detenidos y albergó presos políticos durante la dictadura militar. Actualmente hay un pequeño museo y un centro de conservación.
3. PARNAIOCA
El camino que lleva de Dois Rios a la playa de Parnaioca es uno de los más bonitos de la isla, con árboles centenarios y bosques de bambú por donde campan los monos aulladores. Una vez en Parnaioca los visitantes pueden relajarse en las hamacas colgadas de forma espontánea en los árboles de la playa o visitar la pequeña iglesia, donde suelen reunirse los pocos vecinos del lugar para sus celebraciones.
4. AVENTUREIRO
La imagen de una palmera retorcida que se yergue buscando el sol sobre la playa es la imagen más típica de esta playa, repleta de campings y buen punto de partida para recorrer el sur de la isla.
Aventureiro está enmarcada en una reserva natural fuertemente protegida por lo que en ocasiones -sobre todo en temporada alta- se necesitan permisos para acceder, aunque en la práctica casi nadie los solicita. Esta playa también es conocida entre los viajeros por ser uno de los pocos puntos de la isla donde hay cobertura de móvil y de Internet.
5. LAGOA AZUL Y LAGOA VERDE.
En general, las aguas de Ilha Grande son verdosas y no permiten la práctica de 'snorkel' y submarinismo, pero la laguna azul y la laguna verde son dos piscinas naturales que constituyen dos buenas excepciones.
La primera fue bautizada así en honor a la película protagonizada por Brooke Shields, mientras que la segunda hace referencia a sus corales verdosos, únicos en el mundo.