CIUDAD DE MÉXICO, 7 Jun. (Notimérica) -
Un total de 456 niños llegaron a México el 7 de junio de 1937. Procedían de todas partes de España, golpeada por la Guerra Civil (1936-1939). Los menores iban a retornar con sus padres pasados unos meses, pero el exilio se convirtió en definitivo para muchos. Pese al desentendimiento de las autoridades con el paso de los años, el expresidente de México, el General Lázaro Cárderas y su mujer, Amalia Solórzano, siempre cuidaron de los 'Niños de Morelia'.
España reclamó ayuda internacional tras el bombardeo de Gernika y Durango (País Vasco). Pocos gobiernos ofrecieron su apoyo a la causa republicana, pero México se posicionó rápidamente. Abriendo los brazos, amparó a más de 20.000 españoles, convirtiéndose en el segundo país con más exiliados. Además, se crearon instituciones específicamente para acoger a menores, como el caso del Comité de Ayuda a los Niños del Pueblo Español.
Amalia Solórzano, presidenta del Comité, convenció a su marido, el General Lázaro Cárdenas, para auxiliar a niños huérfanos o hijos de combatientes republicanos. El Gobierno de México hizo llegar su petición a España mediante un telegrama: acogerían a 500 niños sanos menores de 16 años.
Tras embarcar en Burdeos, el 7 de junio de 1937, los 456 menores llegaron a México. La población se volcó con ellos, miles de personas salieron a la calle, haciéndoles llegar su amor y alegría. Sin embargo, estos niños de la guerra ya habían vivido mucho. Esos sentimientos de júbilo solo profundizaron en su sensación de abandono, de exilio forzado.
Se instalaron en la escuela España-México en Morelia (Michoacán), una población "pequeña, conservadora y católica" no muy bien elegida. Entre 1943 y 1944 se construyeron seis casas-hogar para que se alojaran, dos femeninas y cuatro masculinas. Cuatro años después, cuando se terminaron las reservas económicas de la República española, el Gobierno mexicano dejó de apoyarlas y se abandonaron las viviendas.
Los 'Niños de Morelia' no pasaron hambre ni frío, pero sí sufrieron otro tipo de penurias. Acostumbrados a la violencia de la guerra, muchos fueron detenidos por la policía por arrojar piedras a iglesias; enfermedades como la tiña se convirtieron en compañeras e, incluso, algunos huyeron de las casas de acogida.
Tras la derrota del bando republicano en la Guerra Civil española y el estallido de la II Guerra Mundial, muchos de los menores convirtieron México en su patria. Pese la carencia de muchas cosas, los 'Niños de Morelia' siempre han estado agradecidos al General Lázaro Cárdenas y su mujer por salvarles del conflicto español.
Solamente seis de ellos siguen viviendo en Morelia, pero cada año se intentan reunir para recordar la solidaridad que les brindó México, poniendo de manifiesto la necesidad de fraternidad en tiempos de guerra. En 2014, el grupo estaba solamente formado por 40 de esos niños.