SANTO DOMINGO, 16 Ago. (Notimérica) -
La Guerra de la Restauración fue el paso definitivo de la región oriental de La Española, lo que hoy es República Dominicana, para emanciparse de España. La guerra gestada en Santo Domingo desde el 'Grito de Capotillo' el 16 de agosto de 1863 hasta 1865 fue la tercera independencia tras las llevadas a cabo contra la República Haitiana en 1821 y 1844.
El presidente de la región, Buenaventura Báez, quebró la Tesorería en favor propio y provocó una crisis económica que facilitó que en 1861 el general Pedro Santana le arrebatase la presidencia. Santana asumió el cargo ante el pavor de una nueva ocupación haitiana y, para ello, pidió a España la categoría de provincia.
España, mientras Estados Unidos se encontraba en guerra civil, accedió a la anexión este mismo año y Santana se convirtió en gobernador general de la jurisdicción.
Esta decisión no fue bien recibida por diferentes personas como el general José Contreras, quien intentó y erró una rebelión, y Francisco del Rosario, que procuró una invasión haitiana sin éxito por la que fue ejecutado.
El gobernador Santana tuvo que renunciar a su cargo temporalmente en 1962 por diferencias con las autoridades de España en Cuba que limitaron su poder y posicionaron a autoridades peninsulares en cargos de poder. Tras esto, las autoridades comenzaron a establecer una política de 'bagajes' por la que los ciudadanos se veían obligados a entregar a los militares españoles cualquier animal de trabajo sin garantía de ser retribuidos.
La alienación se hizo patente en la zona y a esto se sumaron asperezas culturales. El arzobispo español, Bienvenido Monzón, tomó medidas al tener conocimiento de la cantidad de matrimonios dominicanos no celebrados bajo el rito católico. También la economía, sumida en crisis desde Báez, no fue una buena gestión dado que se impusieron aranceles superiores a los productos no españoles y se estableció un monopolio en la industria tabaquera.
Todos estos factores fueron caldo de cultivo al que se añadieron rumores de una reimplantación de la esclavitud por parte de los españoles hasta que comenzaron las revueltas en 1863.
REVUELTAS PRELIMINARES
El malestar general en la colonia de Santo Domingo hacía prever una rebelión. Informes de la época plantean que El Cibao era la zona en la que se hacía más visible la disconformidad y la posible rebelión "evidente en los meses de noviembre y diciembre de 1862", momento en que los oficiales españoles ya "presentía el estallido de una rebelión en breve plazo".
Pese a los indicios y registros, no fue Cibao quien comenzó la revuelta contra la anexión a España sino Neiba. El jefe militar de Neiba, el general Domingo Lázala, fue apresado por 150 hombres que asaltaron el pueblo bajo las órdenes del comandante Cayetano Velásquez.
La toma de Neiba fue frustrada por falta de preparación y el alcalde mandó tomar a Velásquez, lo que significó la rendición de sus hombres. Esta rebelión mostró una gran desconexión con la gran revuelta planteada en Cibao.
LA GUERRA DE RESTAURACIÓN
Gregorio Luperón y Santiago Rodríguez lideraron una incursión en el cerro de Capotillo, en Dajabón. Este hecho del 16 de agosto de 1863 conocido como el 'Grito de Capotillo' fue el inicio de la guerra.
Las ciudades del Cibao se fueron sumando a esta rebelión de tal manera que el 13 de septiembre el ejército sumaba unas 6.000 personas que se atrincheraron en la Frontera San Luis de Santiago. Los rebeldes, con José Antonio 'Pepillo' Salcedo a la cabeza, instauraron el 14 de septiembre un nuevo gobierno. Una de las primeras medidas de Salcedo fue declarar 'traidor' a Santana, quien ahora servía en las fuerzas españolas, y pedir ayuda --sin éxito-- a los Estados Unidos.
El transcurso de la guerra no favorecía a España, que vivió la pérdida de 33 millones de pesos y más de 10.000 bajas --muchas propiciadas por la fiebre amarilla--. Santana no fue capaz de vencer a la defensa rebelde y en marzo de 1964 incurrió en desobediencia al concentrar sus fuerzas frente a Santo Domingo, por lo que fue reprendido, relevado y mandado a Cuba para enfrentarse a una corte marcial pero falleció repentinamente antes de que se llevase a término.
El gobernador general, José de la Gándara, intentó una negociación con los rebeldes para mediar la paz. Salcedo, representante de los rebeldes, fue asesinado durante las negociaciones por una facción liderada por Gaspar Polanco.
La Guerra de la Restauración era notablemente impopular en España. Esta, junto con otras crisis políticas, significaron la caída del primer ministro, Leopoldo O'Donell y la orden de cese de operaciones militares por parte del ministro de guerra.
El Gobierno de Polanco no duró mucho al protagonizar un ataque nefasto contra la posición española en Montecristi e intentar monopolizar la industria tabaquera por sus amigos. Polanco fue derrocado por Beningno Filomeno de Rojas y Gregorio Luperón en enero del 65.
De Rojas y Luperón organizaron con la junta provisional una nueva constitución y, al ser aprobada, el general Pedro Antonio Pimentel, fue declarado nuevo presidente el 25 de marzo de 1865.
La reina de España, Isabel II, firmó el 3 de marzo de 1865 la anulación de la anexión y el 15 de julio de este mismo año las tropas abandonaron la isla.