SAN SALVADOR, 14 Jul. (Notimérica) -
La 'Guerra del fútbol' o 'Guerra de las 100 horas' como también se la conoce, fue un conflicto armado que se llevo a cabo del 14 al 18 de julio de 1969 en América Central, entre El Salvador y Honduras. Esta guerra fue llamada así por la coincidencia de la tensión entre ambos países con un partido de fútbol que enfrentó a ambas selecciones el 26 de junio de 1969, con motivo de las eliminatorias para la Copa Mundial de Fútbol de 1970.
Fue una guerra breve (los combates duraron apenas cuatro días) y donde ambos bandos utilizaron aviones de combate notablemente obsoletos para la época.
El nombre con el que se conoce a esta guerra fue acuñado por el reportero polaco Ryszard Kapuscinski quien entonces residía en México. Fue alertado por su amigo Luis Suárez de que una guerra asomaba entre Honduras y El Salvador, según relató el comunicador en su libro 'La guerra del fútbol'.
El Salvador se enfrentaba a un problema de densidad poblacional, mientras que Honduras, con un territorio amplio, ofrecía muchas oportunidades de empleo, por lo que se convertía en un lugar donde los salvadoreños podían emigrar.
Se considera que la causa principal de este conflicto fue que Honduras decidió redistribuir la tierra a campesinos hondureños, para lo cual expulsaron a los campesinos salvadoreños que habían vivido ahí durante varias generaciones. Esto generó una persecución de salvadoreños en Honduras y un regreso masivo de campesinos a El Salvador.
La guerra la inició El Salvador el 14 de julio de 1969, el Ejército salvadoreño, más numeroso que el hondureño, lanzó un ataque contra suelo de Honduras y su aviación bombardeó el aeropuerto de Toncontin en Tegucigalpa, inmovilizando el 80 por ciento de la flota aérea hondureña. Ganado el cielo, el Ejército salvadoreño avanzó por el territorio de Honduras invadiendo la población de Nuevo Ocotepeque, y penetrando hasta ocho kilómetros más allá de la frontera para la tarde del 15 de julio.
Al día siguiente las tropas hondureñas se lanzaron a la contraofensiva pero sin éxito, aunque su aviación logró interrumpir la cadena de suministros y logística de sus enemigos.
Este enfrentamiento tuvo fatales consecuencias para ambos países, quienes acabaron con un saldo de entre 4.000 y 6.000 muertes civiles, además de unos 15.000 heridos.
FIN DEL CONFLICTO
En la noche del 18 de julio la Organización de Estados Americanos (OEA) negoció un alto al fuego que entró en vigor el 20 de julio, y con esto acabaría poniendose fin a la guerra. El Gobierno salvadoreño exigió que cesara la persecución de sus compatriotas, pero la OEA le exigió antes desalojar suelo hondureño. Las tropas salvadoreñas se retiraron a principios de agosto.
Las dos naciones firmaron el Tratado General de Paz en Lima (Perú) el 30 de octubre de 1980, por el cual la disputa fronteriza se resolvería en la Corte Internacional de Justicia.
Ello dio paso a la solución negociada del litigio fronterizo por el control de unos 450 kilómetros cuadrados, conocido como Los Bolsones, los cuales pasaron a formar parte del territorio hondureño, en detrimento del territorio salvadoreño.