MADRID, 24 Oct. (Notimérica) -
Hace tan solo unos días Greenpeace denunció la existencia de vertederos de basura debajo de los glaciares de la Patagonia chilena. El escándalo apuntaba directamente a Barrick Gold, una empresa minera que trabaja cerca de la zona.
El director de la misma, René Muga, se apresuró a desmentir que los residuos encontrados en los glaciares Esperanza y Guanaco correspondan a sus operaciones. Barrick Gold es una empresa canadiense que obtuvo la adjudicación de Pascua Lama, un proyecto que involucra a Chile y Argentina y consiste en explorar una mina a cielo abierto de la que se extraerá principalmente oro, pero también plata cobre y otros minerales.
El pasado viernes, Greenpeace hizo público un informe fechado en septiembre de este año donde se puede apreciar al Glaciar Esperanza transformado en un vertedero. Con el deshielo propio de esta época del año, en el lugar se encontraron bolsas de basura, tubos de hierro galvanizado y gran cantidad de plástico, lo que confirma lo que la organización medioambiental lleva años denunciando: "en Chile la minería destruye glaciares".
"Chile tiene el triste récord de ser el mayor destructor de glaciares rocosos en el mundo y nuestras autoridades, que se comprometieron frente al país con la protección de estas reservas de agua, hoy quieren una ley a la medida de la minería. Por eso estamos acá, para decirle al país que basta de destruir glaciares y que necesitamos una ley que declare los glaciares intocables", explicaba en mayo de este año el director nacional de Greenpeace en Chile, Matías Asún.
En ese momento, la asociación ambiental colocó una pancarta de 150 metros cuadrados en el centro de Santiago para denunciar la destrucción de glaciares como consecuencia de los proyectos mineros bajo el lema: "Mineros: dejen de destruir los glaciares".
El objetivo de la campaña era reclamar al Gobierno de Michelle Bachelet que cumpliera con una ley que asegurase la protección de los glaciares, pero ni se cumplió hace seis meses, ni se ha cumplido a día de hoy. "El proyecto de ley de glaciares es una norma a medida de la minería", ha reiterado Asún tras presentar el informe de Greenpeace acusando a Barrock Gold.
DENUNCIAS DE MANERA REITERADA.
Y es que no es la primera vez que las empresas mineras que operan en el país sudamericano se enfrentan a acusaciones de este tipo. En 2014, el glaciólogo de la Universidad de Chile Francisco Ferrando, que encabezó una expedición organizada por Greenpeace, señaló a los yacimientos mineros de Andina de Codelco y los Bronces de Anglo American como responsables del daño ambiental.
"No sólo los glaciares blancos son importantes. Estamos en una zona con una enorme presencia de glaciares rocosos que aportan de manera significativa a los cursos de agua de las cuencas", apuntó el académico.
En 2008, la compañía Acuaplus tuvo que hacer frente a las denuncias de los vecinos de Panitao, una localidad de otra región rodeada de glaciares rocosos, Puerto Montt -al sur de Chile-.
En esa ocasión, las protestas eran contra la instalación de un vertedero para residuos líquidos de plantas pesqueras. La planta en discusión se instalaría a 1,5 kilómetros del radio urbano, donde además de los residuos líquidos de las plantas, habría instalaciones industriales, que serían tratadas en ese lugar a través de un sistema de piscinas de decantación.
Por fortuna, tras las alegaciones de los vecinos, que manifestaron que mediante un proceso de oxigenación se separaría el agua de sus contaminantes dando como resultado un lodo que sería enterrado allí mismo, se consiguió frenar el proyecto.