SANTIAGO, 11 Sep. (Notimérica) -
"Creo que ningún suceso político, desde el nacimiento de Chile a la vida independiente, tendrá tanta trascendencia como el 11 de septiembre", decía el general Augusto Pinochet sobre la relevancia que tendría su gobierno posterior.
Para la mayor parte de los chilenos, esta afirmación no pudo ser más acertada, aunque con una consideración muy distinta a la que infería Pinochet. A partir de ese momento, el país se adentró en una situación de represión, liderada por la férrea mano de las fuerzas armadas y comandada por el propio Pinochet.
Este domingo 11 de septiembre se cumplen 43 años del golpe de Estado del general Augusto Pinochet, que derrocó al gobierno socialista de Salvador Allende y desembocó en una dictadura militar que se prolongó durante 17 años y que pudo dejar más de 40.000 víctimas, aunque el informe oficial cifraba este número en algo más de 3.000.
Chile pasó de tener un gobierno democrático a regirse por un régimen militar, que no concluyó hasta el 11 de marzo de 1990, cuando finalmente se produjo una elección presidencial, que dio como vencedor a Patricio Aylwin, candidato de la Concertación de Partidos por la Democracia --antes, Concertación de Partidos por el No--.
Esos 17 años dejaron, sin embargo, sistemáticas violaciones a los derechos humanos, con al menos 28.259 víctimas de prisión política y tortura, 2.298 ejecutados y 1.209 detenidos desaparecidos, una cifra que las asociaciones de víctimas y familiares aumentan en decenas de miles.
UN GOLPE DE ESTADO ANUNCIADO
El golpe de Estado de 1973 fue una acción militar perpetrada por las Fuerzas Armadas chilenas --formadas por la Armada, la Fuerza Aérea y el Ejército-- que, unidos a los carabineros, buscaban derrocar al presidente Salvador Allende y a su gobierno izquierdista de Unidas Popular.
Allende, que había llegado al poder tan solo tres años antes, en 1970, se convirtió en el primer presidente con orientaciones ideológicas marxistas en acceder al gobierno a través de unas elecciones presidenciales.
Su gobierno, que contó con un fuerte carácter reformista, logró el descontento de varios grupos sociales. De hecho, la posibilidad de un golpe de Estado contra Allende se produjo incluso antes de que llegara al poder, en parte, liderada por el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, que financió la realización del golpe.
A mediados de 1973, varios grupos dentro de la Armada se plantearon derrocar al gobierno, a los que posteriormente se unieron la Fuerza Aérea y los carabineros. Tan solo unos días antes de le fecha planificada, hizo lo propio Pinochet, que ocupaba el puesto de Comandante en jefe del Ejército.
En la mañana del 11 de septiembre, la cúpula de las Fuerzas Armadas lograron el control de gran parte del país y exigieron la renuncia inmediata de Allende, que se refugió en el Palacio de La Moneda.
Aunque existe una gran controversia en torno a las circunstancias en las que murió Allende, la versión oficial señala que se trató de un suicidio. En la actualidad, la justicia chilena y la opinión mayoritaria apoyan esta versión. Sin embargo, todavía existen grupos que señalan que pudo ser un homicidio.
Después de la muerte del presidente, la resistencia en el Palacio quedó anulada. El golpe de Estado llegó a su fin y concluyó el gobierno de Unidad Popular. Mientras tanto, se estableció una junta militar liderada por Pinochet.
Violaciones de derechos humanos, limitaciones en la libertad de expresión, o la supresión de los partidos políticos y del Congreso Nacional, fueron solo algunas de las nuevas medidas emprendidas por la dictadura militar.