CIUDAD DE MÉXICO, 14 Jun. (Notimérica) -
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el ministro de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, han avanzado este viernes algunos detalles del nuevo plan de inmigración para regular el flujo migratorio que se dirige hacia Estados Unidos después de varias semanas de presión por parte del mandatario estadounidense, Donald Trump.
El líder izquierdista ha detallado en su conferencia de prensa matinal que entre los objetivos de este plan destacan: "abordar el flujo migratorio que atraviesa nuestro país" y, por extensión, "evitar una confrontación con Estados Unidos".
La identificación y registro de los migrantes al cruzar la frontera sur (Guatemala) fue uno de los puntos que el Gobierno mexicano ya había dado a conocer. Sin embargo, el canciller mexicano ha añadido que "probablemente" niegue la entrada a los migrantes cuya meta sea Estados Unidos.
Por otra parte, la Guardia Nacional también tiene un papel reservado dentro de este plan de regulación migratorio. Por ello, este martes concluye el despliegue del cuerpo de seguridad en la frontera con Guatemala, dentro del plan de los 6.000 elementos de la Guardia Nacional para reforzar el control migratorio.
Ebrard también ha señalado que el Instituto Nacional de Inmigración de México va a proceder al contrato de 825 personas para agilizar el registro de los migrantes que viajen al país azteca. Además, el canciller ha confirmado que se van a establecer nuevos lugares de recepción de solicitantes de asilo mientras estos esperan su audiencia en Estados Unidos.
Estas medidas siguen las directrices de Trump y su política antinmigración para evitar la imposición arancelaria sobre los productos mexicanos que se exportan a Estados Unidos.
De hecho, este viernes Trump ha confirmado que su acuerdo migratorio con México convierte a este en un 'tercer país seguro'. Esto implica que el país debe garantizar que los solicitantes de asilo van a ser admitidos respetando el principio de "no devolución".
El objeto de esta medida es reducir la entrada masiva de migrantes y redistribuir las solicitudes de forma equitativa. De acuerdo con este principio y si México acepta, las autoridades policiales de Estados Unidos podrían negar la entrada a los miles de solicitantes de asilo --en su mayoría centroamericanos-- y enviarlos a México.