CARACAS, 19 Abr. (Notimérica) -
A causa de la importante inflación que no para de crecer en Venezuela, el dinero en efectivo es un bien realmente escaso, por ello, el trueque o intercambio de bienes y servicios se ha convertido en una práctica habitual en el país.
En los mercados de toda la nación y a falta de dinero en efectivo se intercambia de todo, desde carne o pescado, hasta medicinas, leche en polvo o servicios.
Ir a la peluquería a cortarse el pelo y pagar con dos sacos de harina o con arroz no es una escena fuera de lo común en Venezuela. El intercambio de bienes se ha convertido en la nueva divisa del país.
En Puerto La Cruz, por ejemplo, los lugareños ya están acostumbrados a este tipo de prácticas y a diario se concentran en el mercado para intercambiar bienes. Ya no es el dinero en efectivo lo que se cuenta en estos lugares sino que más bien lo que se intenta es conseguir medicinas o productos básicos para sobrevivir a cambio de otras cosas.
Aunque las empresas más poderosas instaladas en las grandes ciudades pueden salir adelante gracias a transferencias bancarias y tarjetas de débito, esas operaciones están fuera del alcance de la población, sobre todo en las áreas rurales.
En ocasiones, el trueque en Venezuela no es para nada justo. Según se puede ver en un vídeo de Twitter, un taxista utiliza tres mangos como modo de pago en una gasolinera por llenar el depósito. El peso de esos tres mangos es de aproximadamente un kilo, que se compraría por 800.000 bolívares normalmente, pero llenar el depósito completo del vehículo vendría a costar 1.000 bolívares, por lo que, de haber tenido efectivo, el conductor podría haber llenado 800 tanques de combustible por la misma cantidad.
Según recoge la agencia 'Reuters', un conductor de motocicletas de Caracas de 34 años explicó que ahora él permite a sus clientes de confianza el pago por transferencia bancaria porque no hay suficiente efectivo. Aunque según aseguró, prefiere que le paguen en comida para poder sobrevivir.
Lo cierto es que este tipo de trueque se trata de una práctica más bien primitiva que se llevaba a cabo cuando no existía el papel moneda y que hace que el país, por la falta de liquidez, vuelva a los rudimentarios mecanismos de intercambio comercial.