MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
El filósofo Jorge Freire, quien publica su ensayo 'La banalidad del bien' (Páginas de Espuma), ha lamentado que se haya "perdido mucho" en el terreno de la educación hasya llegar a una suerte de "educación sentimental bastante sensiblera y como fabricada en Disneylandia".
Freire se ha referido en una entrevista con Europa Press a las diferentes reacciones que surgen en torno a los conflictos bélicos --como los actuales en Ucrania y Palestina-- y a cómo se ha llegado a vivir "una época post heroica" en la que los héroes "están proscritos" y lo épico está "mal visto".
"La historia ya no es una recopilación de gestas que enseñemos en las escuelas para infundir carácter épico porque ya no se quiere enseñar momentos a imitar, sino a evitar. Cuando la historia sólo se compone de aquellos momentos que no debieron producirse, al final estás generando una conciencia de culpa en los ciudadanos y una tradición en la que todo es malo", ha indicado.
De hecho, Freire pone como ejemplo lo que ha ocurrido con los primeros días del conflicto entre Israel y Hamas en la franja de Gaza. "Las dos facciones no se disputan quién tiene razón, sino quién es la víctima: no es que esté a favor de una cultura heroica, pero una cultura victimista es complicada", ha añadido.
"Desde una perspectiva mediática, como el marco ganador va a ser siempre el victimista, se nos está mostrando solo desde el punto de vista de qué víctima sufre más. Es una gilipollez, porque toda víctima civil sufre siempre y será siempre una víctima injusta. ¿Qué debate es ese?", ha cuestionado.
INFLUENCERS Y 'WOKISMO'
Con 'La banalidad del bien', Freire da forma a una trilogía de pensamiento --completada con 'Agitación' o 'Hazte quien eres'-- en el que reflexiona sobre algunas de las cuestiones muy presentes en la actual sociedad occidental. Por ejemplo, en 'La banalidad del bien' se alude en diversas ocasiones a los 'influencers', a los que el autor da "si acaso unos pellizcos de monja", aunque no considera que sean precisamente uno de los grandes males.
"Los influencers son entretenimiento, y bien está que así sea: no habría que despreciarlo en absoluto y además no creo que sea un peor entretenimiento que la televisión", ha matizado el filósofo y docente, quien además recuerda que "la muerte del libro" aún no ha llegado y no parece que este entretenimiento vaya a conllevar esto. "Lo que sí es verdad es que a veces, en aras de lo literario y humorístico, me meto con ellos e incluso llego a desearles que se vayan a freír monas, pero no son ataques crueles", ha comentado con humor.
También se refiere a movimientos de pensamiento como el 'wokismo', una etiqueta de la que huye el autor debido a su "formulación de dogmas de fe y verdades absolutas". "Ahora llega a una especie de posmodernismo y de verdades duras que no puedes cuestionar. Y que son, además, verdades estúpidas nacidas en Europa, porque han nacido en Europa, y que luego han viajado a Estados Unidos", ha señalado.
EL ÉXITO DE LOS FILÓSOFOS
"Ahora toda la chatarra intelectual que se fabrica o que se reutiliza en Estados Unidos por supuesto nos llega a Europa, porque no hay imbecilidad estadounidense que no vayamos a acoger con brazos abiertos en Europa, eso siempre es así", ha lamentado Freire, quien termina con un respaldo a los 'popes' actuales de la filosofía.
"Hay varios nombres, el caso de Zizek por ejemplo, que la verdad es que a todos nos irritan sus veleidades y sus llamadas de atención y su egolatría, pero es un autor más interesante de lo que se dice. O Byung-Chul Han, otro que han criticado pero también tiene cosas muy interesantes... Lo que pasa es que en ambos escuece en muchas ocasiones un hecho que siempre molesta: el éxito. Eso mismo pasaba con Savater en los años 80", ha concluido.