LA HABANA, 23 Feb. (Notimérica) -
"Disculpe Juan, pero me va a tener que acompañar". Esas fueron las palabras que escuchó el piloto argentino de Fórmula 1, Juan Manuel Fangio la noche anterior a correr el Gran Premio de Cuba, tal día como hoy en 1958. El mejor corredor del mundo en ese momento fue secuestrado por el 'Movimiento Guerrillero 26 de Julio', comandado por Fidel Castro desde Sierra Maestra, quien consideró que el secuestro de Fangio sería un buen golpe publicitario y una buena forma de ridiculizar al gobierno de Fulgencio Batista (presidente de Cuba por aquel entonces).
La escena se produjo en el recibidor del Hotel Lincoln de La Habana (Cuba), cuando un militante del movimiento interrumpió la charla que el quíntuple campeón mundial sostenía con sus compañeros de equipo. El militar lo obligó a que lo siguiera hasta la calle ayudado de una pistola, donde los esperaban dos hombres en un coche en el que permanecieron transitando la ciudad durante una hora.
Finalmente Fangio fue trasladado a un departamento donde miembros del movimiento de Castro le contaron que el motivo del secuestro era difundir los ideales y lucha de la revolución. Esta misión estuvo encabezada por los ministros del gobierno revolucionario Arnol Rodríguez y Faustino Pérez. Al existir posibilidad de que el régimen de Batista decidiera matar al piloto y culpar al movimiento encabezado por Castro, Fangio les propuso hablar con el embajador argentino Raúl Guevera (primo de Ernesto 'Che' Guevara).
Fangio no había sido liberado aún cuando le informaron de que la carrera (en la que fue reemplazado por el francés Maurice Trintignant) había sido suspendida por un accidente en la quinta vuelta en la que dos coches colisionaron y donde murieron seis personas y 40 resultaron heridas.
Tras la carrera y con su objetivo cumplido, los miembros del grupo revolucionario liberaron a Fangio y lo llevaron ante el primo de Che Guevara con una carta en la que pidieron disculpas y manifestaron que no tenían ningún problema con Argentina, que sus objetivos sólo se restringían al derrocamiento de la dictadura cubana.
Asimismo, después de 27 horas de secuestro, Fangio quedó en manos de las autoridades argentinas y una vez libre agradeció el buen trato que recibió por parte de los secuestradores y las comodidades que tuvo "como si hubiera estado entre amigos", según sus propias palabras. Además dijo irónicamente que "podría haber estado en ese choque, así que mis secuestradores me salvaron la vida".
Un año y medio después, y ocupando ya Fidel Castro la Presidencia, fue nombrado 'Invitado de Honor' de Cuba. Años más tarde cuando regresó a La Habana en calidad de presidente honorario de Mercedes-Benz en Argentina, Fangio fue recibido en el aeropuerto por el ministro de Relaciones Exteriores, Arnol Rodríguez, y fue invitado a una reunión con Castro. Por su parte, Fangio nunca demostró tener un mal recuerdo de su experiencia como secuestrado. "Yo creo que fue algo especial, hecho por gente que tenía sus ideales y quería darlos a conocer de cualquier manera", señaló al respecto.
Este suceso fue tan sonado que el director argentino Alberto Lecchi lo trató en su película 'Operación Fangio' (1999), con Darío Grandinetti en el rol del piloto.