LIMA, 28 Jul. (Notimérica) -
El 28 de julio de 1821 se produjo la Independencia del Perú, un proceso histórico y social que corresponde al levantamiento y conflicto bélico contra el Imperio Español y derivó en el surgimiento de la República Peruana.
Como resultado de la guerra que se desarrolló entre 1811 y 1824, desapareció el Vierreinato de Perú y se produjo una ruptura política por la convergencia de diversas fuerzas liberadoras, que crearon un estado independiente de la monarquía española.
Los antecedentes del afán independentista en el Perú se remontan al siglo XVIII, con los intentos de algunos movimientos y manifestaciones indígenas contra la dominación colonial y el trato de las autoridades de la metrópoli.
La situación se caracterizaba por una fuerte disconformidad por parte de los ciudadanos con el Gobierno central tras la aplicación de las reformas borbónicas que provocó la Revolución de Túpac Amaru II. Este levantamiento terminó en represión, pero el descontento indígena permaneció tras la revuelta, a la que se unirían sectores criollos de la población peruana.
A pesar de las tensiones entre los indígenas y España, no fue hasta 1820, con la llegada de la Expedición Libertadora procedente de Chile bajo el mando de José de San Martín, cuando la posibilidad de una verdadera independencia empezó a verse factible.
Así, un año más tarde, en 1821, San Martín proclamó en Lima la independencia del Estado peruano y bajo su Protectorado se formó el primer Congreso Constituyente del país.
No obstante, tras la retirada de San Martín del país comenzó una guerra contra los realistas o partidarios del Imperio español, la cual se alargaría hasta 1824.
La principal razón por la que se produjo la independencia de Perú fue el deseo de terminar con la relación económica con el Gobierno español. Aunque este vínculo de dependencia se mantuvo en general con Europa, tanto en el aspecto económico como en el social, con el despojo de tierras a indígenas.
PROCESO DE INDEPENDENCIA
Finalmente, en 1825 concluye la campaña de Sucre en el Alto Perú y durante esta época van cayendo reductos españoles en San Juan de Ulúa (México) y en las zonas de Callao (Perú) y Chiloé (Chile) hasta que España renuncia en 1936 a todos sus dominios continentales americanos.
A pesar de que España no renunció a las colonias hasta 1936, el indígena consiguió la ciudadanía abierta del Perú en el mismo nacimiento de la República en 1921.
Tras la muerte del rey español Fernando VII, el Parlamento español autoriza a sus gobiernos a sellar tratados de paz y amistad con las nuevas repúblicas, reconociendo su independencia. Sin embargo, debido a distintos desencuentros, España concluirá definitivamente el tratado con Perú el 14 de agosto de 1879 mediante la firma en París del Tratado de Paz y Amistad España-Perú.