CIUDAD DE MÉXICO, 28 Mar. (Notimérica) -
En el pueblo mexicano de Atlixco, estado de Puebla, cada Viernes Santo tiene una lugar una de las tradiciones más populares y, posiblemente más dolorosas, del país centroamericano: 'los engrillados'.
Descalzos, encapuchados con una tela negra, encadenados con pesados grilletes y con una corona de espinas sobre su cabeza, los penitentes recorren a paso lento un trayecto de cinco kilómetros --cerca de tres horas-- que comienza en el Exconvento de San Francisco.
Además de la corona, en el pecho, brazos, piernas y espalda se clavan más espinas de cactus que una semana antes van a buscar descalzos a un cerro cercano, informa el diario 'La Opinión'. Una tradición centenaria que cada año atrae a cientos de fieles.

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