CIUDAD DE MÉXICO, 8 Ene. (Notimérica) -
Todas las alarmas suenan en México tras el despliegue de 4.000 militares y marinos en las refinerías de Salamanca, Guanajuato, Ciudad de Madero, Tamaulipas; Minatitlán, Veracruz; Tula, Hidalgo; Salina Cruz, Oaxaca; Cadereyta y Nuevo León por las terminales de abastecimiento y distribución de Petróleos Mexicanos (Pemex) como parte de la estrategia contra el 'huachicoleo' o hurto de combustible, por decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El Ejército y la Marina acaban de tomar el control de los conductos de la refinería Pemex con el fin de acabar con la corrupción de altos funcionarios, el sindicato petrolero y el crimen organizado, todos detrás de la actividad delictiva más lucrativa en México solo por detrás del narcotráfico.
El hasta ahora conocido como 'huachicoleo' ha beneficiado a altas esferas del gobierno, quienes toleraban la existencia de un gran mercado negro de combustible en el país. Ahora, ha sido el propio López Obrador el encargado de acusar a sus antecesores en el Ejecutivo, desde Fox hasta Peña, por haber formado parte de la brutal corrupción que ha permitido el saqueo masivo de los recursos energéticos y económicos de la región.
Por el momento, solo tres funcionarios del área de Logística de la petrolera Pemex están siendo investigados, aunque la red delictiva se extiende por toda la política mexicana ya que los secretarios de Hacienda incluían el descuento de los ingresos proyectados de los robos a Pemex en los presupuestos anuales.
De acuerdo con la institución, la Marina supervisa en estos momentos 11 instalaciones de la paraestatal Pemex, controlando la entrada y salida de los empleados, a quienes se les impide por el momento el uso de sus teléfonos móviles en el interior del recinto.