NOGALES (ESTADOS UNIDOS), 26 Jun. (Reuters/EP) -
La gobernadora republicana de Arizona, Jan Brewer, ha dicho este miércoles que como madre le rompe el corazón ver la difícil situación por la que pasan los niños inmigrantes, que se encuentran en situación irregular en el país, y culpa al Gobierno de Barack Obama de no enviar un mensaje claro de que la frontera de los Estados Unidos está cerrada.
Brewer, que ha chocado a menudo con la Casa Blanca respecto a las políticas sobre inmigración irregular, ha hecho estas declaraciones después de recorrer una planta de acogida de recién llegados de la Patrulla Fronteriza en la ciudad de Nogales, Arizona, acompañada por la secretaria de Seguridad Nacional, Jeh Johnson.
Se cree que más de 47.000 menores no acompañados han entrado de forma irregular a Estados Unidos entre octubre de 2013 y el pasado mes de mayo, casi el doble que en todo el año anterior, muchos de ellos huyendo de la pobreza y la violencia de las pandillas en los países centroamericanos.
La gobernadora ha explicado que el centro registra a alrededor de 140 niños cada día. "Esta crisis a la que se enfrenta Estados Unidos se debe a que no hemos enviado un mensaje claro de que nuestras fronteras están cerradas". "Necesitamos que el gobierno federal refuerce y asegure la frontera", ha apostillado.
Obama se ha referido a esta llegada masiva de los hijos de inmigrantes ilegales como "una crisis humanitaria urgente". Esta entrada masiva coincide con un momento en el que se discute sobre una nueva reforma migratoria que podría permitir que los aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados que se encuentran en Estados Unidos obtengan la ciudadanía.