Foto: WIKIMEDIA COMMONS
WASHINGTON, 30 abril (Notimérica) -
El ex presidente estadounidense Richard Nixon entregó el 30 de julio de hace 30 años las pruebas magnetofónicas del caso Watergate que demostraron su implicación en procesos de espionaje y forzaron su renuncia en agosto de 1974, convirtiéndose en el primer y único jefe de Estado de este país en dimitir.
Durante la campaña electoral de 1972, Nixon participó en actividades ilegales de espionaje, dentro del escándalo que se ha denominado caso Watergate (1972-1975) y que comenzó con el arresto el 17 de junio de ese año de cinco hombres que habían entrado en el edificio de oficinas Watergate, en Washington, sede del Comité Nacional Demócrata.
Como se demostró posteriormente, estos ladrones habían sido enviados por el presidente para recabar información del partido contrario de cara a las elecciones. A esto se añadió que en julio de 1973, el ayudante de la Casa Blanca Alexander Butterfield confesó que Nixon tenía un sistema de grabación secreta que guardaba todas sus llamadas telefónicas y conversaciones en el Despacho Oval.
El presidente se negó a hacer públicas las cintas, pero debido a la presión de los ciudadanos, el 29 de abril de ese año anunció que las daría a conocer, como así hizo al día siguiente, el 30 de abril, facilitando un total de 1.200 páginas de transcripciones de conversaciones entre él y sus ayudantes.
Las conversaciones fueron definidas por el diario estadounidense 'The Washington Post' como "cándidas más allá de cualquier escrito que haya hecho público un presidente". Pero, finalmente, el 24 de julio, el Tribunal Supremo ordenó por unanimidad que la Casa Blanca entregase las cintas.
La presión pública y mediática y una implicación ya confirmada, obligaron a Nixon a anunciar su renuncia a la Presidencia el 8 de agosto de 1974. "Tomando esta acción, espero haber acelerado el proceso de curación que tan desesperadamente necesita Estados Unidos", explicó en un mensaje transmitido desde el Despacho Oval.
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"Lamento profundamente las injurias que haya podido causar en el curso de los eventos que me han llevado a esta decisión. Aquellos que te odian no ganan a menos que tú los odies, y así te destruyes a ti mismo", concluyó.
Inmediatamente después de la salida de Nixon de la Casa Blanca, el vicepresidente, Gerald Ford, ocupó su lugar y le concedió un perdón incondicional el 8 de septiembre de 1974.
EL INICIO DEL CASO
"Cinco detenidos colocando micrófonos ocultos en las oficinas democráticas", así tituló su primera página 'The Washington Post', el 18 de junio de 1972, siendo el único periódico que investigó y desarrolló el caso en la época.
La historia intrigó a dos reporteros del diario, Carl Bernstein y Bob Woodward, que cubrieron toda la información. Woodward publicó el primer día que los ladrones "llevaban guantes desinfectados y miles de dólares en efectivo", por lo que parecía "una operación profesional".
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El día siguiente a la detención, el 18 de junio de 1972, 'The Washington Post' publicó que uno de los individuos capturados, James McCord era miembro del comité de reelección de Nixon y que otros dos eran exagentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) y de la Oficina Federal de Investigación (FBI).
Bernstein también descubrió que un cheque de 25.000 dólares para la campaña de reelección del presidente había sido depositado en la cuenta bancaria de uno de los ladrones. Por su parte, Woodward consiguió una fuente confidencial del FBI, que denominó "garganta profunda" y, cuya identidad real, Mark Felt, no se hizo pública hasta 2005.
La Casa Blanca definió la cobertura de 'The Washington Post' como sesgada y engañosa, hasta que los altos funcionarios del Gobierno de Nixon se tuvieron que enfrentar a juicio y, en abril de 1973, cuatro de sus principales asesores perdieron su trabajo.