RÍO DE JANEIRO, 4 Sep. (Notimérica) -
Este domingo el Museo Nacional de Brasil en Río de Janeiro ardió desde sus cimientos provocando la pérdida de casi el 90 por ciento de las piezas que albergaba en el interior de sus instalaciones, unos 20 millones, las cuales no estaban preparadas con medidas de protección anti incendios.
La gravedad de los hechos trasciende más allá de los daños económicos: la pérdida histórica, científica y cultural es incalculable. El ministro de cultura brasileño, Sergio Leitão, describía este lunes el desastre como "una tragedia inconmensurable" que "podía haberse evitado".
Según apuntan los medios locales brasileños, más de un empleado del museo --instalado en un antiguo palacio del siglo XIX-- ya había avisado sobre el mal estado de las instalaciones. Las teorías sobre el inicio de las llamas, según el diario brasileño Folha de Sao Paulo, son dos: la caída de un pequeño globo aerostático o 'baloes' o un cortocircuito en el laboratorio audiovisual del museo.
Los 'baloes', globos que se elevan al cielo al calentarse el aire de su interior a través de un llama, son muy utilizados en Brasil en diversas celebraciones. En el caso de que hubiera sido uno de estos el causante del incendio, se cree que su procedencia de una "fiesta junina", una celebración tradicional que se realiza a mitad de año en algunas ciudades del país, recoge 'BBC'.
En cualquier caso, el fuego se originó durante la noche del domingo, cuando el edificio ya estaba cerrado y sin nadie más que no fuera integrante del cuerpo de vigilantes, por lo que la brigada contra incendios no estaba en el museo.
Las llamas se habrían iniciado en el techo del museo, por lo que los vigilantes tardaron en percibirlas, por lo que "cuando lo hicieron [percibir el incendio] ya era imposible que actuaran", lamentaba el ministro a los medios de comunicación.