MADRID, 17 Jun. (Notimérica) -
La región iberoamericana es bien conocida por sus playas paradisíacas y por sus selvas tropicales, sin embargo es una zona que enfrenta muchos desafíos por la degradación del suelo. Las graves sequías y la destrucción de su cubierta vegetal han hecho que varios países del centro y sur del continente americano sean extremadamente vulnerables a los desastres naturales.
La mayoría de países de la región sufren problemas de escasez de agua y deforestación, que, junto a la excesiva contaminación del aire, ponen en peligro la situación del suelo.
Recientes investigaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés) han revelado que, a pesar de ser uno de los mayores puntos de biodiversidad del mundo, la desertificación afecta a más de 300 millones de hectáreas en Iberoamérica.
Los desiertos ocupan una franja que va desde la costa del Pacífico peruano al Atlántico, atravesando Argentina en diagonal, lo que hace que este país cuente con las mayores extensiones de desierto de todo el territorio.
Por otro lado, en el noreste de Brasil, el paisaje está dominado por las zonas semiáridas y las sabanas tropicales. En las zonas áridas de la República Dominicana, Cuba, Haití y Jamaica, la erosión y la escasez de agua se han intensificado notablemente, y Colombia y Venezuela son dos países que sufren degradación.
La pobreza y la presión sobre los recursos naturales son factores críticos que impulsan la degradación del suelo en gran parte de América Latina y el Caribe. En una región con 465 millones de habitantes, unos 110 millones viven por debajo del umbral de pobreza, según datos de la Convención de las Naciones Unidas para la lucha contra la Desertificación (UNCCD, por sus siglas en inglés).
Además, prácticas no sostenibles como una irrigación excesiva y el uso abundante de fertilizantes y plaguicidas, el pastoreo abusivo y la explotación intensiva de los bosques conducen inevitablemente a la degradación de la tierra.
Todo ello combinado con los efectos del fenómeno climático 'El Niño', que están perjudicando principalmente a la región costera del Pacífico de América del Sur, han contribuido a la devastación de algunos países. 'El Niño' afecta con sequías al Caribe, Colombia, el noreste de Brasil y Venezuela, debido a las escasas precipitaciones y al déficit de humedad en los suelos.
Como resultado, la región iberoamericana sufre una reducción de la productividad biológica de los ecosistemas que conduce a su vez a una disminución de la productividad económica y de los medios de subsistencia.
De esta forma, con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, que se celebra este viernes 17 de junio, la UNCCD resalta la necesidad de un desarrollo sostenible y la importancia de la cooperar para recuperar y rehabilitar el suelo degradado.
La mayoría de los países de Iberoamérica cuentan con Programas de Acción Nacional (PAN) para resolver los problemas de degradación de la tierra, desertificación y sequía, que están en un proceso continuo de integración en los programas nacionales de desarrollo sostenible y reducción de la pobreza.
Asimismo, otros programas subregionales han sido impulsados e implementados. Entre ellos están los programas para el Gran Chaco Americano (Argentina, Bolivia y Paraguay), Puna Americana, (Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador y Perú), La Española (Republica Dominicana y Haití) y Colombia y Venezuela.
Este año, la Organización de Naciones Unidas (ONU), bajo el lema 'Proteger el Planeta. Recuperar la tierra. Participación de la gente', busca promover nuevas iniciativas para neutralizar la degradación de la tierra, ya que es "un asunto prioritario para cubrir las necesidades y lograr un desarrollo sostenible".