MADRID 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de astrónomos ha utilizado el telescopio APEX para sondear un inmenso cúmulo de galaxias que se está formando en el universo primitivo, revelando que, gran parte de la formación de estrellas que está teniendo lugar, no sólo está oculta por el polvo, sino que se está desarrollando en lugares inesperados. Es la primera vez que se ha podido llevar a cabo un censo completo de la formación estelar en un objeto de este tipo.
Los cúmulos de galaxias son los objetos más grandes del universo que se mantienen unidos por la gravedad, pero aún no se comprende bien cómo se forman. Hace más de veinte años que los investigadores estudian la Galaxia Telaraña (conocida oficialmente como MRC 1138-262) y sus alrededores, utilizando tanto telescopios del Observatorio Europeo Austral (ESO) como de otras instituciones.
Se cree que es uno de los mejores ejemplos de un protocúmulo en pleno proceso de unión, un evento que observamos tal y como ocurría hace más de diez mil millones de años.
Pero el autor principal de este trabajo, Helmut Dannerbauer y su equipo, sospechaban que a esta historia le faltaban muchas piezas. Querían estudiar el lado oscuro de la formación estelar y averiguar cuántas de las estrellas que se estaban formando en el cúmulo de la Galaxia Telaraña estaban ocultas a nuestra vista, detrás del polvo.
El equipo utilizó la cámara LABOCA, instalada en el telescopio APEX, en Chile, para observar este cúmulo de la Telaraña, durante cuarenta horas, en longitudes de onda milimétricas (longitudes de onda de la luz lo suficientemente largas como para mirar a través de la mayoría de las gruesas nubes de polvo). LABOCA tiene un amplio campo de visión y es el instrumento perfecto para este sondeo.
El responsable científico del proyecto APEX en ESO y coautor del nuevo estudio, Carlos De Breuck, ha destacado que "esta es una de las observaciones más profundas que se han hecho con APEX y lleva esta tecnología a su límite. "Lo mismo ocurre con la resistencia del personal que trabaja en las instalaciones de APEX, a un altitud de 5.050 metros sobre el nivel del mar", ha añadido.
Las observaciones de APEX revelaron que, comparado con el cielo circundante, se habían detectado cuatro veces más fuentes en la zona de la Telaraña. Y cotejando cuidadosamente los nuevos datos con las observaciones complementarias realizadas en diferentes longitudes de onda, pudieron confirmar que muchas de estas fuentes se encontraban a la misma distancia que el propio cúmulo de galaxias, por lo que debía tratarse de partes del cúmulo en formación.
LA ÚLTIMA PIEZA
Según explica Dannerbauer, "las nuevas observaciones añaden la última pieza que necesitábamos para crear un censo completo de todos los habitantes de esta ciudad de mega estrellas". "Estas galaxias están en pleno proceso de formación, por lo que, al igual que cuando tenemos obras aquí en la Tierra, está todo lleno de polvo", ha apuntado.
Pero, mientras observaban el lugar en el que habían descubierto este foco de nacimiento de estrellas, se llevaron otra sorpresa. Esperaban encontrar esta región de formación estelar en los grandes filamentos que conectan las galaxias. En cambio, la encontraron concentrada en su mayor parte en una sola región, y esa región ni siquiera se encuentra centrada en la Galaxia Teladearaña, que sí está en el centro del protocúmulo.
"Queríamos encontrar la formación de estrellas oculta en el cúmulo de Telaraña, y lo logramos, pero, por el camino, desenterramos un nuevo misterio: ¡no estaba en el lugar previsto! La mega ciudad se está desarrollando asimétricamente", ha concluido el científico.