MADRID 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
Pelar un huevo cocido puede convertirse en una tarea frustrante. A pesar de seguir todos los pasos recomendados, como controlar el tiempo de cocción y enfriarlos rápidamente en agua helada, la cáscara a veces se adhiere con fuerza, dificultando su retirada. Pero, ¿por qué ocurre esto y cómo se puede evitar?
La clave está en la frescura del huevo. Los huevos recién puestos tienen una membrana interna más adherente a la clara, lo que dificulta su separación tras la cocción. En cambio, aquellos que han estado en el refrigerador durante varios días experimentan cambios en su composición que facilitan el proceso. Por lo tanto, si quieres pelar los huevos sin complicaciones, opta por aquellos que tengan al menos una semana de almacenamiento.
EL VINAGRE: UN 2X1
Más allá de la antigüedad del huevo, existe un método sencillo que puede marcar una gran diferencia: añadir un chorro de vinagre al agua de cocción. El vinagre es una disolución de ácido acético en agua, y la cáscara del huevo está compuesta principalmente de carbonato de calcio.
Cuando ambos entran en contacto, se produce una reacción química que debilita la cáscara, facilitando que se desprenda con mayor facilidad de la membrana interna. Este sencillo truco reduce la adherencia y hace que pelar los huevos sea mucho más rápido y sencillo.
Además, este truco no solo ayuda a pelar los huevos más fácilmente, sino que también previene que la cáscara se agriete al sumergirlos en agua caliente.
OTROS ASPECTOS A TENER EN CUENTA
Otros factores que influyen en el resultado final son el tiempo y el método de cocción. Según la web Hoyhuevo.es, de la Organización Interprofesional del Huevo (INPROVO), existe una técnica precisa para lograr un huevo cocido perfecto, con una textura tierna y una cáscara que se desprenda con facilidad:
Poner agua a hervir.
Una vez alcanzado el punto de ebullición, sumergir los huevos con cuidado.
Mantener la cocción durante 10 minutos, evitando que el agua hierva a borbotones.
Al finalizar, enfriarlos rápidamente en un bol con agua fría para detener la cocción.
Este proceso ayuda a conseguir una clara firme pero suave, una yema bien cocida y, lo más importante, una cáscara que se desprende sin esfuerzo.
OTRO TRUCO ADICIONAL
Además del vinagre y el enfriamiento rápido, una técnica que puede facilitar aún más el pelado es rodar el huevo cocido sobre una superficie dura antes de quitar la cáscara. Esto ayuda a agrietarla uniformemente, permitiendo retirarla en pequeños fragmentos sin que se adhiera a la clara.