Publicado 10/03/2025 15:23

Desconecta.- Así sobrevivían al invierno en la Edad Media sin calefacción ni chimenea, según una historiadora experta

Así sobrevivían al invierno en la Edad Media sin calefacción ni chimenea, según una historiadora experta
Así sobrevivían al invierno en la Edad Media sin calefacción ni chimenea, según una historiadora experta - TIKTOK @NUPOST_

MADRID 10 Mar. (EUROPA PRESS) -

La llegada del invierno hoy en día es relativamente sencilla de afrontar gracias a la calefacción y otros métodos modernos que permiten mantener nuestras casas cálidas y confortables. Sin embargo, hubo un tiempo en que sobrevivir a las bajas temperaturas suponía un auténtico desafío. ¿Cómo lograban soportar el frío en épocas como la Edad Media, cuando no existían calefacciones ni chimeneas modernas?

Precisamente a esta cuestión responde la historiadora especializada en la Edad Media, Nuisia Raridi, en un vídeo publicado recientemente en su cuenta de TikTok, explicando cómo lograban sobrevivir y combatir las temperaturas extremas en aquella época, a pesar de la ausencia de comodidades básicas que ahora damos por sentado.

SIN VENTANAS NI CHIMENEAS, ¿CÓMO SOBREVIVÍAN?

Durante la Edad Media, la mayoría de viviendas eran de piedra o madera, con ventanas sin cristales, ya que "el vidrio era demasiado caro". Por ello, "hasta bien entrada la época moderna las ventanas eran muy pequeñas, cubiertas apenas por contraventanas de madera, y solo los más ricos podían permitirse vidrieras opacas".

Además, según Raridi, las chimeneas, tal y como las conocemos actualmente, no existían entonces. En su lugar, el fuego se encendía directamente sobre el suelo de la vivienda, y el humo se expulsaba por agujeros practicados en el techo, lo que hacía que "el ambiente estuviera constantemente lleno de humo".

Esta práctica, además de incómoda, suponía un riesgo para la salud a largo plazo, y obligaba a mantener apagado el fuego durante la noche por miedo a que una chispa pudiera incendiar las viviendas.

CAMAS, GORROS Y TAPICES PARA COMBATIR EL FRÍO

Ante la falta de calefacción y aislamiento adecuado, el recurso más utilizado era la cama, considerada un auténtico refugio. Como explica Raridi, las personas se acostaban con varias capas de ropa y mantas, e incluso dormían con gorros o capuchas para reducir la pérdida de calor por la cabeza.

Además, las camas con dosel eran comunes entre las familias más acomodadas, no por una cuestión estética, sino por practicidad, ya que "la estructura de madera y las cortinas ayudaban a conservar el calor alrededor de la cama".

Otra solución frecuente, mencionada también por la historiadora, era utilizar pieles de animales, cortinas gruesas y pesados tejidos en las paredes y suelos para aislar las estancias del frío y la humedad. Estos métodos, aparentemente sencillos, además de servir de decoración en ambientes aristocráticos, eran cruciales para que las viviendas se mantuviesen cálidas y proteger sus inquilinos de las bajas temperaturas exteriores.

A pesar de estas limitaciones y de la falta de comodidades modernas, las sociedades medievales supieron adaptarse con ingenio a las duras condiciones del invierno, logrando sobrevivir y desarrollar métodos eficaces que hoy parecen rudimentarios pero que entonces resultaron vitales.

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