MADRID 27 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Semana Santa es sinónimo de tradición, descanso y, por supuesto, gastronomía. Entre los dulces más emblemáticos de esta época destacan las torrijas, un postre con siglos de historia que, con ingredientes básicos como pan, leche, huevo y azúcar, ha sido una opción popular durante la Cuaresma.
Aunque su preparación es sencilla, conseguir el equilibrio perfecto entre una textura jugosa y una estructura firme tiene su truco.
EL TRUCO QUE MARCA LA DIFERENCIA
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la elección del pan es determinante para lograr unas torrijas de calidad. Aunque tradicionalmente se han preparado con pan del día anterior, lo cierto es que hay opciones más adecuadas.
La OCU ha probado diferentes tipos de pan y concluye que los panes especiales para torrijas, diseñados específicamente para esta preparación, ofrecen los mejores resultados. Su composición, con un alto contenido en gluten, grasas y azúcares, permite que absorban bien la leche sin romperse y mantengan la estructura durante la fritura.
LA RECETA TRADICIONAL DE LA OCU PARA HACER TORRIJAS
Para aquellos que quieran seguir la tradición al pie de la letra, la OCU propone una receta clásica que garantiza un resultado esponjoso por dentro y dorado por fuera.
Ingredientes
barra de pan (preferiblemente del día anterior o pan especial para torrijas)
1 litro de leche
Cáscara de naranja y limón
1 rama de canela
Azúcar al gusto
2 o 3 huevos para rebozar
Aceite para freír
Azúcar y canela en polvo para espolvorear
Paso a paso
1. Cortar el pan en rodajas de unos 2 cm de grosor, preferiblemente en diagonal para que absorba mejor la leche.
2. Infusionar la leche con la cáscara de limón, naranja, la canela y el azúcar, llevándola a ebullición y dejando que temple antes de verterla sobre el pan.
3. Empapar bien las rodajas con la leche tibia y dejarlas reposar al menos una hora para que absorban suficiente líquido sin desmoronarse.
4. Pasarlas por huevo batido y freírlas en una sartén con aceite caliente hasta que estén doradas por ambos lados.
5. Escurrir sobre papel absorbente y espolvorear con azúcar y canela, o acompañarlas con miel, almíbar o incluso vino dulce.
OPCIONES MÁS LIGERAS Y VERSIONES MODERNAS
Las torrijas tradicionales son un postre calórico y contundente, pero existen alternativas más ligeras. Usar leche desnatada y reducir la cantidad de azúcar es una opción, aunque el mayor cambio se consigue en el proceso de cocción: en lugar de freírlas, se pueden hornear o hacer a la plancha.
Para la versión a la plancha, basta con calentar una sartén con un poco de mantequilla y azúcar, y dorar las torrijas previamente empapadas en leche y huevo batido, consiguiendo una capa caramelizada con menos grasa.