MADRID, 12 Sep. (Notimérica) -
El terrible paso del huracán Irma por las islas del Caribe y su llegada a Florida y Miami (Estados Unidos) ha quedado inmortalizado en miles de fotografías y vídeos que circulan estos días por las redes sociales.
Edificios destruidos, casas desvalijadas y automóviles inservibles son algunos de los protagonistas de estas instantáneas aunque la imagen del mar ha sido una de las más comentadas.
De hecho, ha sido su desaparición de las playas lo más llamativo, como en el caso de las islas de Las Bahamas y Key Largo --uno de los cayos más grandes de Florida--, al tratarse de un fenómeno poco frecuente y muy vistoso.
Para que esto ocurra es necesario que coincidan dos fenómenos meteorológicos: que la presión atmosférica sea muy baja y que el viento del huracán tenga mucha fuerza.
Además, es necesario que el mar tenga cierta profundidad, por ese motivo, no ha ocurrido en todas las playas arrasadas. Al acercarse a la plataforma continental, el nivel de profundidad del océano es menor, por lo que el agua no puede hundirse y brotar de nueva en la orilla sino que la absorbe el propio viento.
Gracias a estas dos particularidades, "el huracán absorbe el agua de sus alrededores en el núcleo de la tormenta y éste, donde la presión es extremadamente baja, el agua es arrastrada hacia arriba", explica la redactora jefe de meteorología de 'The Washington Post', Angela Fritz.
La baja presión atmosférica es "básicamente un mecanismo de succión: succiona el aire dentro de ella, y cuando es realmente bajo, puede cambiar el aspecto del océano", puntualiza Fritz.