MADRID, 17 Jun. (Notimérica) -
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP por sus siglas en inglés) reveló en sus últimas investigaciones sobre la biodiversidad en Iberoamérica que la desertificación y la degradación de los suelos causan grandes problemas en la región.
En 1994, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió proclamar el 17 de junio como Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, cuyo objetivo es concienciar sobre uno los problemas principales que afectan a varios países del mundo. Además se ponen en práctica las propuestas de la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (UNCCD por sus siglas en inglés). Por eso este año el lema de este día internacional es "Nuestra tierra. Nuestro hogar", en referencia al tema de la degradación de los suelos.
En Iberoamérica la desertificación afecta a 300 millones de hectáreas, según los últimos estudios de la UNEP. Los desiertos ocupan una franja que va desde la costa del Pacífico peruano al Atlántico, atravesando Argentina en diagonal, lo que hace que este país cuente con las mayores extensiones de desierto de todo el territorio.
Como resultado, la región iberoamericana sufre una reducción de la productividad biológica de los ecosistemas que conduce a su vez a una disminución de la productividad económica y de los medios de subsistencia.
La mayoría de los países de Iberoamérica cuentan con Programas de Acción Nacional (PAN) para resolver los problemas de degradación de la tierra, desertificación y sequía, que están en un proceso continuo de integración en los programas nacionales de desarrollo sostenible y reducción de la pobreza.
Asimismo, otros programas subregionales han sido impulsados e implementados en la región. Entre ellos destacan los programas para el Gran Chaco Americano (Argentina, Bolivia y Paraguay), Puna Americana (Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador y Perú), La Española (Republica Dominicana y Haití) y los de Colombia y Venezuela.