SAN SALVADOR, 14 Jul. (Notimérica) -
Entre 2.000 y 5.000 personas murieron en apenas 100 horas, otros cientos perdieron sus casas y se fracturaron las relaciones de amistad entre El Salvador y Honduras. Este domingo se cumplen 50 años del inicio de este enfrentamiento, enmarcado dentro de la fase de clasificación para la Copa del Mundo de Fútbol de 1970, que comenzó el 14 de julio de 1969.
Ambos países arrastraban graves problemas debido a su economía basada en el sector primario y su población eminentemente rural. El Gobierno salvadoreño, además, tenía que hacer frente a la superpoblación.
Los jornaleros de El Salvador laboraban interminables jornadas por un sueldo precario. Por esta razón, en conjunción a la pobreza instalada en el país, muchos emigraron a Honduras en busca de una vida mejor. Sin embargo, el país vecino, haciendo frente a sus propios problemas, se tomó la llegada masiva de salvadoreños como una invasión.
El Gobierno hondureño expropió tierras a favor de su propia población, sin poner demasiadas trabas a la creación de grupos paramilitares, como 'La Mancha Brava'. La violencia fue escalando hasta que los salvadoreños regresaron precipitadamente a su país ante el temor de ser deportados.
El 14 de julio de 1969, El Salvador bombardeó suelo hondureño, mandando además un contingente por tierra. La Organización de Estados Americanos (OEA) negoció un armisticio el 20 de julio de 1970, días después del estallido de la contienda. Las condiciones de la paz fueron que el Ejército de El Salvador abandonara Honduras, mientras que este dejaría de perseguir y masacrar a los salvadoreños emigrantes.
Fue el último enfrentamiento en el que se vieron aeronaves de la II Guerra Mundial. Además, El Salvador, después de ganar dos partidos contra su rival, se convirtió en el primer país centroamericano en disputar un Mundial de Fútbol. Sin embargo, durante unos días, los balones se cambiaron por las balas.
CONSECUENCIAS
A pesar de que la guerra en sí apenas duró cuatro días, miles de persones perdieron la vida y entre 60.000 y 130.000 salvadoreños fueron deportados desde Honduras a su país natal.
Al final de la guerra, los ejércitos de ambos países encontraron un pretexto para rearmarse y el Mercado Común Centroamericano quedó en ruinas. Bajo las reglas de dicho mercado, la economía salvadoreña (la más industrializada en Centroamérica en aquella época) estaba ganando mucho terreno en relación a la economía hondureña.
Las dos naciones firmaron el Tratado General de Paz en Lima (Perú) el 30 de octubre de 1980, por el cual la disputa fronteriza se resolvería en la Corte Internacional de Justicia.
Todo ello dio paso a la solución negociada del litigio fronterizo por el control de unos 450 kilómetros cuadrados, conocido como Los Bolsones, los cuales pasaron a formar parte del territorio hondureño, en detrimento del territorio salvadoreño.